Veinte personas que quizá no se conocían tendrán que empezar ahora a trabajar en equipo para ayudarse a hacerse un hueco en el mercado laboral. No se trata de un nuevo reality show. Ese es, en síntesis, el funcionamiento de las lanzaderas de empleo que durante cinco años  se llevan poniendo en marcha en Castilla-La Mancha a través de una iniciativa en la que hay también mucho de trabajo de equipo. La idea y el desarrollo lo pone la Fundación Santa María la Real, lo financia la Fundación Teléfonica y la Unión Europea, la Junta colabora en su organización y los ayuntamientos implicados ponen los locales y sus recursos en materia de empleo. Este curso se van a desarrollar seis en los municipios de Toledo, Albacete, Alcázar de San Juan, Ciudad Real, Puertollano y Tomelloso. Como en cada lanzadera el equipo lo forman 20 personas, en total se llegará a 120 este curso.

«Las primeras dos semanas son para que un grupo de personas que no se conocen de nada lloren porque las cosas no le van bien», explicó esta mañana el director de Relaciones Institucionales de la Fundación Teléfonica, Joan Cruz, «pero a partir de la tercera semana ese grupo tiene que convertirse en un equipo que de manera activa, visible y creativa busca empleo no para uno, sino para los veinte».

En las semanas que comprenden los cinco meses de estos proyectos se les enseña a afrontar una entrevista, a trabajar en equipo, a buscar empleo, a detectar sus necesidades de cualificación, a emprender... y, por ejemplo, este año se va a introducir un apartado de «entrenamiento digital», como expuso el director del área de Empleo de la Fundación Santa María la Real, Álvaro Retortillo. «Cualquier profesión hoy en día se ve afectada por la digitalización», avisa.

Con esta fórmula las 26 lanzaderas que se han puesto en Castilla-La Mancha han empoderado a 638 personas desempleadas y han logrado una inserción del 60%. La consejera de Economía y Empleo, Patricia Franco, contó que esa inserción se desgrana en un 44,3% que fueron contratados por una empresa, un 1,6% que montó su propio negocio y un 11% que se formaron y buscaron la acreditación profesional.

Hasta la fecha estas lanzaderas se habían pensado para jóvenes, pero este año se van a abrir a mayores de 35 años. De hecho se podrán apuntar personas desempleadas de hasta 60 años. «Tenemos un problema de desempleo juvenil y de fuga de talento, pero también de muchas personas que, con mucha experiencia acumulada, tiene que reinventarse por la crisis que han sufrido muchos sectores y que no se pueden desperdiciar», expuso Franco.

Desde la Fundación Santa María la Real señalan que se ha tomado la decisión de abrir las lanzaderas a equipos intergeneracionales porque «hay un mercado laboral que está dejando muchas personas en el camino». Hay hasta el 31 de octubre para inscribirse.