«Cada semana pienso si ha llegado el momento de retirarse»

L.G.E.
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Juan Ramón Amores recibe la Medalla de Oro de Cruz Roja Española y desvela que ante los retos que le pone la ELA, siempre recibe algún mensaje o muestra de cariño para seguir

El miércoles Juan Ramón Amores recibió un mensaje muy especial a través de una red social. Era de una persona que había entrado en un programa de prevención de suicidio, que le decía que ahora volvía a tener ganas de vivir y que uno de sus motores había sido él. Esa es una de las ‘señales’ que Amores dice recibir continuamente para seguir adelante en la Dirección general de Deportes y Juventud. Cuando le diagnosticaron ELA tomó la decisión de seguir al frente del cañón, aunque no oculta que le supone mucho esfuerzo. «Cada semana mínimo hay un día que pienso en que ha llegado el momento de la retirada», desveló esta mañana, «pero entonces llega una señal, que puede ser una muestra de cariño o un mensaje de este tipo».
Una confesión de este tipo muestra por qué Amores ha merecido la mayor distinción personal  que da Cruz Roja Española:la Medalla de Oro. Hoy la ha recibido en el Palacio de Fuensalida y fue el presidente de Castilla-La Mancha el que se la colgó. Amores contó que fue él quien pidió que fuera así. «El día que me preguntaron dónde quería que me entregaran el premio, dije que aquí y que me lo pusieras tú», le dijo. Y es que le agradeció al presidente que le enseñara que «lo más importante es la cercanía con las personas y hacer que la gente se acerque a nosotros no como políticos sino como personas».
El decreto que aprueba su elección como Medalla de Oro recoge que Amores se lo merece por ser un «ejemplo de vida para jóvenes, deportistas y sociedad en general». Hoy ha dado otra muestra de cómo ayuda por un lado a dar a conocer una enfermedad como la ELA y también cuáles son sus herramientas para combatirla. «Yo nunca creí, por muy duro que suene, que iba a llegar a estos tres años, que fue la esperanza de vida que me dieron», reconoció, «muchos días me pregunto a mí mismo cómo lo he conseguido». Cree que una de las claves está en vivir cada día como si fuera el mejor y poner «pasión en lo que hacemos, ganas e ilusión». Asegura que eso ayuda a que su cabeza no piense tanto en la enfermedad. Y viceversa. «Es la enfermedad la que piensa por qué no me puede vencer», apuntó.
Amores compartió el premio con la consejera que lo nombró, Reyes Estévez, y con el que trabaja ahora, Ángel Felpeto. También con su familia, con los chicos de Cruz Roja Juventud, con su equipo de la Dirección de Deportes y Juventud, o con don Eloy, su profesor de Educación Física, al que le debe buena parte de su pasión por el deporte y que no faltó al acto.
El director general de Deportes no se rinde, porque si bien asume que su cuerpo va más despacio, dice que su cabeza trabaja para compensarlo. «Todavía tengo planes en mi cabeza y proyectos por cumplir», anunció. Él pone las ganas y a los demás nos toca seguir mandándole señales para que no las pierda.

 

El mismo día en que recibió el diagnóstico, Amores tenía un acto de Cruz Roja y no faltó

Fue en un desayuno informativo, no hace mucho, cuando el presidente de Cruz Roja en Castilla-La Mancha se enteró que el mismo día en el que Amores conoció el diagnóstico de ELA estuvo por la tarde en un acto de Cruz Roja Juventud en el toledano castillo de San Servando. «Yo tenía la carne de gallina», confesó Jesús Esteban al recordar la confesión de Amores, «¿pero de qué pasta está hecho?».
Fue de Esteban de quien partió la idea de proponer a Cruz Roja Española otorgarle la Medalla de Oro porque además en su día a día Amores refleja los principios y valores universales de su organización, como son el voluntariado, la generosidad y la solidaridad. Y además le agradece que desde el primer momento se volcó con Cruz Roja Juventud.

 

La exconsejera Estévez entró al despacho de Page para avisarle de que no le dejaría dimitir

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también recuerda perfectamente cuando la que entonces era la consejera de Educación, Reyes Estévez, entró a contarle que el director general de Deportes tenía ELA.  «Recuerdo que vino a decirme: presidente, pasa esto y vengo a decirte que si quiere dimitir, lo que quiero es insistirle y dejarle claro que de ninguna manera», expuso. La exconsejera no tuvo que convencer a Page, pues el presidente recalcó que desde el primer momento coincidió con ella.
Page expuso que de la Medalla de Oro que ahora tiene Amores cuelgan tres valores. El primero es que tiene una meta buena en su vida. «Merece premiar a quien tiene metas de alcance social, a favor de los demás», argumentó. El segundo valor es el del compromiso por llevar esa meta a término. Reconoció que pocas personas como él están haciendo tanto por la divulgación y conocimiento de esta enfermedad. Y en tercer lugar, destacó su «optimismo de fondo».