Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia alimentaron las dudas ante el comienzo de la nueva edición de la Liga de Campeones, un torneo que no permite demasiados descuidos ya desde el inicio. De los cuatro participantes españoles en la máxima competición continental, solo el cuadro azulgrana consiguió ganar el pasado sábado en la cuarta jornada de la Liga nacional, aunque lo hizo con mucho sufrimiento. El resto cosechó unos empates con interrogantes. 

El conjunto culé se quedó solo en la cima de la clasificación con pleno de triunfos en el inicio liguero, pero lo exhibido ante la Real Sociedad distó mucho de lo que se espera de la plantilla del club catalán. En la primera parte no realizó un solo disparo entre palos y para remontar tuvo que agradecer dos serios regalos defensivos del rival. Acumuló más deméritos que méritos a pesar del resultado. 

El Real Madrid, por su parte, vivió un choque intenso en San Mamés y no pudo sacar los tres puntos ante el bravo Athletic de Eduardo Berizzo. El conjunto blanco evidenció desatenciones defensivas y falta de puntería, circunstancias que no debería repetir el miércoles ante la Roma. 

Preocupación.Bastante más preocupante es lo que le está sucediendo al Atlético, coincidiendo, además, con el proyecto más ambicioso de toda su historia. Empató ante el Éibar después de abundar en sus reconocibles errores de las últimas semanas: graves problemas para generar fútbol ofensivo y excitación excesiva. Todavía pudo ser peor para el conjunto rojiblanco, pues tuvo que esperar al descuento para lograr el empate gracias a una intervención del joven Borja Garcés. 

Como en el caso del combinado colchonero, la Liga de Campeones propondrá un intento de redención para el Valencia, que también presentó un inicio de temporada desconcertante en el torneo nacional. Y lo que le espera el miércoles es nada más y nada menos que la Juventus de Cristiano Ronaldo (que ayer se estrenó como goleador en la Liga italiana), uno de los grandes favoritos al título continental.