Cientos de inmigrantes fallecen en el Meditérraneo en la última semana

Agencias
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La ONG Médicos sin Fronteras estima que 900 indocumentados han perdido la vida en los últimos grandes naufragios en el sur de Italia. Una cifra que Acnur desciende a 700

El Mediterráneo sigue siendo una trampa mortal. Y es que la ONG Médicos sin Fronteras estimó ayer que alrededor de 900 inmigrantes han fallecido en los últimos grandes naufragios registrados esta semana en el sur de Italia, según un balance propio confeccionado a partir de datos de los responsables de salvamento y medios del país transalpino. 
«Alrededor de 900 personas podrían haber perdido la vida solo esta semana en el Mediterráneo Central. Europa, esto es insoportable», lamentó la organización. «Pese a los datos, nunca sabremos el número exacto de fallecidos», añadió el organismo. 
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) aseguró, por su parte, que los pérdidas rondarían los 700, según testimonios de las personas rescatadas el pasado miércoles de una gran embarcación que naufragó cerca de la costa sicialana de Pozzallo. 
La agencia fronteriza de la UE, Frontex, indicó que solo esa tragedia costó las vidas de 550 individuos. Un centenar consiguió salvarse, bien gracias a los servicios de rescate, bien gracias a su propia voluntad de llegar a nado al remolcador que trasladaba a la embarcación en el momento de su hundimiento. 
La mayoría de los barcos de los últimos siete días parecen proceder de Libia, donde los contrabandistas están incrementando el ritmo del tráfico de personas y perpetran abusos sexuales contra las mujeres a cambio de un pasaje en las embarcaciones, según responsables de MSF. 
Más de 2.000 sin papales han sido rescatados en el Mediterráneo solo el pasado viernes en 17 operaciones. 
 Desde la ONU advirtieron de que el número de personas que intentan alcanzar Europa en peligrosas travesías marítimas seguirá aumentando por las condiciones favorables en el Mediterráneo. 
Más de 320.000 indocumentados llegaron a las costas italianas entre 2014 y 2015 y se estima que alrededor de 7.000 murieron.