Cantera: «Un buen militar debe tener virtudes como la lealtad, el compañerismo y el amor a España»

Antonio Gómez
-

El subdelegado de Defensa en Cuenca, Ángel María Cantera. - Foto: Reyes Martí­nez

El subdelegado de Defensa en Cuenca, Ángel María Cantera, (Madrid 1960), acaba de tomar posesión de su cargo y afronta con mucha ilusión esta nueva etapa después de pasar por Badajoz, Mérida, Burgos y Madrid. Muestra su alegría de llevar 31 años al servicio de las Fuerzas Armadas, que «se vieron recompensados con la satisfacción del deber cumplido y por eso estoy muy orgulloso del trabajo realizado». Hizo hincapié en que éstas son necesarias para mantener y garantizar la paz y la estabilidad, «no sólo dentro de nuestro propio territorio, sino también en otros lugares del mundo como llevamos haciendo desde hace mucho tiempo».
¿Cómo afronta usted el nuevo destino en la subdelegación de Defensa en Cuenca?
Lo afronto con mucha ilusión porque soy consciente de la responsabilidad que asumo al tomar el mando de la subdelegación de Defensa y, sobre todo, con ánimo para poder realizar el trabajo lo mejor posible. En su día se sacó la vacante en Cuenca así que tras el proceso de selección me eligieron para venir aquí y opté por este destino porque tiene muy buen prestigio a nivel del Ministerio de Defensa por el buen trabajo que desarrollaron mis antecesores. He tenido ocasión de conocer ya a las autoridades e instituciones, que me mostraron todo su apoyo para que me sienta cómodo en el cargo. Es de agradecer que en el poco tiempo que llevo aquí ya me siento arropado por todo el mundo y también por la población porque percibo el cariño que muestran a las Fuerzas Armadas.
 En el discurso de toma de posesión dijo que trataría de dar a conocer el papel de las Fuerzas Armadas. ¿Considera que la sociedad desconoce hoy en día el papel que realizan?
Las Fuerzas Armadas se van conociendo mejor día a día y sí que es cierto que anteriormente eran noticia más porque los jóvenes hacían el servicio militar, pero ahora están muy bien valoradas. La subdelegación de Defensa de Cuenca, así como el resto de las unidades que hay desplegadas en todo el territorio nacional, están haciendo una gran labor de difusión, y creo que poco a poco se debe aumentar este conocimiento para que la sociedad nos conozca mejor. Fundamentalmente en lo que respecta a las misiones que lleva a cabo, pero también al personal que la conforma, el material del que dispone y cómo trabajamos en el día a día. En Cuenca, al no existir ninguna unidad militar será un poco más complicado porque para poder visitar alguna hay que salir fuera, es decir, hay que ir a Albacete, Madrid o Toledo. Eso conlleva un plus de dificultad para que la gente pueda acercarse a las unidades militares y así comprobar cómo se trabaja, pero estoy convencido que no habrá ningún problema.
¿Qué balance hace de sus 31 años de servicio en las Fuerzas Armadas?
La verdad es que durante todo este tiempo hubo momentos muy buenos y también de dificultad, pero el balance para mí es muy positivo. Echando la vista atrás, valió la pena porque los sacrificios se han visto recompensados con la satisfacción del deber cumplido al servicio al ejército y, por tanto, a España. Después de 31 años de servicio estoy muy contento y orgulloso del trabajo que he llevado a cabo. Mi vida militar ha transcurrido, hasta ahora, entre Badajoz, Mérida, Burgos y Madrid, y ahora estaré tres años en Cuenca con opción a estar otros tres más.
¿Seguirá usted la misma línea marcada que su antecesor en el cargo el coronel Félix Miguel Gutiérrez Barón?
Mi intención en esta subdelegación de Defensa es seguir la línea marcada por mis antecesores, ya que hay que recordar que soy la tercera persona que ocupa este cargo. Los dos subdelegados anteriores, tanto el coronel Pedro Guisado como Félix Miguel Gutiérrez, hicieron un trabajo extraordinario y me gustaría seguir por el camino que trazaron ellos. Espero poder alcanzar los objetivos marcados, pero tengo que decir que me dejaron el listón muy alto así que confío en que todo salga según lo previsto. La verdad es que con anterioridad no coincidí con ninguno de los dos y con el coronel Gutiérrez Barón mantuve un primer contacto en el mes de junio cuando supe que iba a venir destinado a Cuenca. Me ha dado muchos consejos y se lo agradezco de corazón, pero en especial me recomendó que siga manteniendo las magníficas relaciones que existen con las distintas autoridades e instituciones, así como con toda la población de la provincia de Cuenca.
Una persona que está en la Fuerzas Armadas tiene numerosos destinos a lo largo de la su vida. ¿Vale la pena llevar una vida tan sacrificada?
Efectivamente la vida militar es muy sacrificada porque son muchas horas de instrucción y adiestramiento que supone estar fuera de casa, ya que hay ejercicios, maniobras, misiones de mantenimiento de paz, que supone en este último caso estar entre seis y ocho meses fuera de España. En mi caso particular, sí me ha compensado por la satisfacción del deber cumplido y además la familia siempre me ha apoyado a la hora de ir a todos los destinos. En mi toma de posesión tuve unas palabras para ellos porque me han acompañado y han estado siempre a mi lado, sobre todo en  los momentos más difíciles.
¿Qué destacaría del Rey Felipe VI en su papel de Jefe de las Fuerzas Armadas y el que tuvo su padre Don Juan Carlos I?
El Rey Felipe VI aporta fluidez en la continuidad del mando supremo de las Fuerzas Armadas. De ambos monarcas, así como de la Familia Real, destacaría su gran vocación militar, su cariño hacia los ejércitos, su amor a España y la cercanía que han tenido con todos los españoles, especialmente en los sucesos más dramáticas que han ocurrido en nuestra nación. 
¿Es necesario tener vocación para ser militar o se desarrolla poco a poco?
En esta vida, no sólo para ser militar sino para cualquier otra profesión que se desempeñe, se debe tener una vocación inicial que con el tiempo se debe ir forjando, manteniendo y aumentando día a día, ya que si no se va poco a poco aumentando se corre el riesgo de que se pierda. Yo creo que lo ideal es que cada uno se dedique a lo que realmente le gusta. En el caso de que una persona no tenga vocación yo le aconsejaría que no entrase en la vida militar, aunque eso ya depende de la decisión que debe adoptar cada uno, es decir, debe hacer lo que le haga feliz. El hecho de tener algún familiar militar hace que sea más fácil optar por las Fuerzas Armadas, porque ya se conocen, pero en mi caso soy el único que escogió este camino, y con 17 años ingresé en la Academia Militar de Zaragoza. La situación actual hace que algunas personas decidan presentarse para optar a un puesto para las Fuerzas Armadas, pero ahora hay menos plazas disponibles. 
Uno de los objetivos de las bandas terroristas eran las Fuerzas Armadas. ¿Qué supone ahora no tomar tantas precauciones como se tomaban antes?
Las Fuerzas Armadas han sufrido muy de cerca la lacra del terrorismo. Muchos militares, y miembros de sus familias, han sido asesinados y heridos, y han quedado impedidos, destrozando muchas vidas. Gracias a Dios ha disminuido mucho la actividad terrorista, pero eso no quiere decir que las Fuerzas Armadas hayan bajado la guardia. Prueba de eso es que  las medidas de seguridad y de autoprotección se siguen manteniendo. 
¿Cómo es el día a día de un subdelegado de Defensa en una ciudad como Cuenca?
En este caso en concreto destacaría dos partes, por un lado, una que es la representación institucional de las Fuerzas Armadas donde me encargo de las relaciones con las autoridades e instituciones, así como la organización de los distintos eventos que hacemos. Por otro lado, sería todo lo que tiene que ver con la documentación de todo el personal que está adscrito a la subdelegación de Defensa o también estaría el trabajo que se hace para personas que solicitan determinada documentación, sin olvidar la faceta tan importante del reclutamiento. 
¿Qué le diría usted a aquellos que no ven con buenos ojos las Fuerzas Armadas?
Las Fuerzas Armadas son necesarias para mantener y garantizar la paz y la estabilidad no sólo dentro de nuestro propio territorio, sino también en otros lugares del mundo como llevamos haciendo desde hace mucho tiempo. En mi opinión, son una pieza fundamental para poder mantener la paz de acuerdo con la legislación vigente. En las Operaciones de Mantenimiento de Paz desempeñan un papel fundamental para restaurar a los gobiernos legalmente establecidos y están haciendo un gran trabajo con la población civil donde llevan a cabo sus misiones. 
Su antecesor organizó varias juras de bandera de España, para la ciudadanía y los representantes institucionales en la Plaza Mayor de Cuenca. ¿Habrá alguna más durante su mandato?
La Jura de Bandera que se llevó a cabo en la Plaza Mayor fue algo emocionante, según me comentaron, y la gente lo guarda en su recuerdo con cariño. Uno de mis objetivos, que espero poder cumplir, es organizar otro acto de Jura de Bandera para aquellas personas que quieran jurar o los que quieran renovar el juramento que en su día hicieron. 
¿Qué profesión hubiera escogido usted si no hubiese sido militar?
La verdad es que no me lo he planteado porque con 16 años comencé con la preparación de la carrera militar, a los 17 entré en la Academia General Militar de Zaragoza y desde entonces he sido muy feliz en las Fuerzas Armadas. Antes de elegir esta profesión se me pasó por la cabeza hacer Farmacia.