Los autónomos de Castilla-La Mancha sufrieron 1.032 accidentes en 2017, de los cuales 1.004 fueron leves, 27 graves y hubo un caso mortal, el de un trabajador del sector de la agricultura en Cuenca. Comparándolo con los datos de los trabajadores por cuenta ajena, el riesgo de padecer un accidente grave parece mayor para un autónomo. En su caso, representan un 2,62% de los accidentes, mientras que para los asalariados son un 0,64%.
Así lo refleja el Informe sobre Siniestralidad Laboral en Castilla-La Mancha elaborado por la Asociación de Trabajadores Autónomos de Castilla-La Mancha (ATA) y Mutua Universal. El portavoz de ATA en Castilla-La Mancha, José Luis Perea, cree que se debe a que hay menos cultura preventiva entre los trabajadores autónomos. «Para el trabajador por cuenta ajena, desde hace muchos años sindicatos, patronales y también la Administración han establecido programas específicos para desarrollar esta cultura preventiva, para que sepan que tienen riegos, que sepan asumirlos y prevenirlos», expuso, «los trabajadores por cuenta propia siempre hemos estado al margen».
También cree que se así se explica que los datos sean peores en los trabajadores con más edad. Y es que el porcentaje de accidentes que han sufrido los autónomos es mayor que los asalariados en los hombres con más de 45 años (representan casi la mitad de los accidentes)y de las mujeres que superan los 55 (el 21,88%).
«Muchos autónomos no desarrollan nunca una evaluación de riesgo, no se hacen chequeo de vigilancia de salud para detectar posibles enfermedades profesionales», avisó Perea. De hecho, solo una cuarta parte cotiza para tener las contingencias laborales cubiertas en caso de enfermedad. En Castilla-La Mancha son 35.000 de un total de 148.000 autónomos. Y con todo, ese porcentaje del 23,7% es mejor que el de la media nacional, que ronda el 18%.
Por eso, los datos disponibles de siniestralidad laboral entre autónomos no son ni siquiera los ‘reales’, sino que solo se limitan a los de la parte que tiene esta contingencias cubiertas. Perea cree que la mayoría no cotiza por un tema económico (puede costar de 8 a 50 euros al mes según la peligrosidad del sector) o por desconocimiento. Destacó que cotizando se consigue tanto una retribución del 75% desde el primer día de la baja o una mayor agilización del tratamiento sanitario en la mutua, sobre todo para casos de trauma, como apostilló el director de Zona 5 Castilla-La Mancha de Mutua Universal, Javier Álvarez.