Los enfermos crónicos, aquellos que arrastran una dolencia continua que no puede ser curada de inmediato, acaparan ya un 75 por ciento de la carga de trabajo de la Atención Primaria del Sescam. Este fue uno de los datos desvelados por el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en un reciente balance que hizo público sobre la situación del sistema sanitario regional durante los últimos tres años. El consejero incidió en el vínculo de las enfermedades crónicas con el aumento del envejecimiento de la población. Por ello, el abordaje conjunto de la cronicidad y el envejecimiento ha sido una de las premisas de la política sanitaria de la Junta en lo que va de legislatura.
Durante este balance, el consejero presentó la última edición del mapa de la cronicidad, una estadística que elabora mensualmente Sanidad con el fin evaluar como evoluciona la carga de trabajo del sistema sanitario. Según este informe, sólo se puede considerar como totalmente sana a un 35 por ciento de la población, unas 768.000 personas que no han experimentado ninguna incidencia que les haya obligado a acudir a un centro médico. A otro 42 por ciento, unas 928.000 personas, se les puede como afectados por enfermedades agudas, dolencias que se dan de manera puntual y pueden quedar totalmente curadas.
Ya otro 21 por ciento de la población puede ser considerada como formada por enfermos crónicos, al ser personas que experimentan de manera regular uno o varios síntomas que les obligan a recibir un tratamiento continuado. Son unas 456.000 personas, de las cuales unas 357.000 sufren una dolencia crónica con un síntoma (un 16,4 por ciento de la población total), otras 96.000 son tratados de males con dos o tres síntomas (un 4,5 por ciento del total) y otros 2.000 soportan cuatro síntomas o más (un 0,1 por ciento del total).
Fernández Sanz mencionó la importancia del porcentaje de enfermos crónicos. «Es importante resaltar que ese 21 por ciento de patología crónica supone el 75 por ciento de la actividad que se produce en Atención Primaria», la que se presta en consultorios, centros de salud y de especialidades. Añadía que «por eso tiene tanta importancia el haber decidido desde el Gobierno de Castilla-La Mancha el darle una inversión económica por encima de la media nacional», recordando la potenciación de los Centros de Especialidades, Diagnóstico y Tratamiento (CEDT) y otras medidas.
El mapa de cronicidad se completa con un 0,6 por ciento de la población afectada por embarazos y los enfermos de neoplasias o cánceres, cuyo coste farmacológico queda contrapesado por su escaso peso en la población total, un 0,3 por ciento.
115 mayores por cada 100 jóvenes. El conocimiento de este dato ha coincidido con otros sobre el envejecimiento de la población hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y analizados por la Fundación Adecco en un estudio. Según el informe, España ha vuelto a registrar un máximo histórico de envejecimiento, del 120 por ciento o, lo que es lo mismo, ya se contabilizan 120 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta cifra supone un crecimiento de 2 puntos porcentuales respecto al año pasado, cuando el índice de envejecimiento se situó en un 118 por ciento.
En Castilla la Mancha la tasa de envejecimiento es inferior a la nacional, con 115 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 (tasa del 115.7 por ciento). No obstante, se trata de un máximo histórico y la tendencia de los últimos años es creciente.
Contrastan las cifras actuales con las de finales de siglo XX, cuando la región era aún joven: en 1985 se contabilizaban 60 castellanomanchegos mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, con lo que estábamos ante una sociedad en plena expansión y con gran potencial para crecer económica y laboralmente.
Por Comunidades Autónomas, vuelve a liderar el ranking de envejecimiento Asturias, con un índice del 214 por ciento (214 mayores por cada 100 menores de 16), seguida de Galicia (195,2 por ciento) y Castilla León (193,5 por ciento). En el otro lado, Ceuta y Melilla, Murcia, Baleares y Andalucía son las únicas regiones con una mayor proporción de jóvenes. En este ránking, Castilla-La Mancha se sitúa hacia la mitad de la tabla, como la décima región más afectada por el envejecimiento.
Por provincias de la región, Cuenca es la que presenta un mayor índice de envejecimiento (166,5 por ciento), frente a Guadalajara, que es la más joven (89,2 por ciento). La segunda provincia más joven es Toledo, con un 102 por ciento, por lo que estas provincias vuelven a mostrar su mayor dinamismo socioeconómico merced a su proximidad con Madrid. Albacete presenta un índice de envejecimiento del 121,2 por ciento mientras el de Ciudad Real se sitúa en el 129,2 por ciento.