Los graves incendios forestales que azotan desde el pasado jueves California, en el oeste de Estados Unidos, dejan hasta ahora al menos nueve fallecidos y más de 150.000 evacuados, según indicaron ayer las autoridades de la región.
Una de la ciudades más devastadas fue la pequeña localidad de Paradise, en el norte del estado.
La alcaldesa de la localidad Jody Jones anunció que un 80 por ciento de los edificios allí fueron pasto de las llamas.
Durante la huida del lugar, al menos cinco personas perdieron la vida dentro de sus automóviles calcinados, mientras otras tres víctimas fueron encontradas en sus viviendas reducidas a escombros, según indicó el Cuerpo de Bomberos.