Camino a la igualdad

SPC
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Riad prosigue con el impulso al aperturismo del país promovido por el príncipe heredero, que ha puesto en marcha varias medidas en pos de la igualdad que acaban con prohibiciones sexistas

Decenas de mujeres sauditas salieron ayer a las calles del país al volante de sus vehículos para festejar el primer día del levantamiento de la prohibición de conducir impuesta a la población femenina. La norma, promulgada el pasado mes de septiembre, asegura que la legislación al respecto será «la misma para los hombres y para las mujeres».

De esta forma la población femenina ya puede convalidar sus permisos de conducir extranjeros y recibir las identificaciones locales. 

«Ya es hora de que conduzcamos, tengamos cines y otras formas de entretenimiento en el Reino», señaló Dania al Ghulbi, quien convalidó su licencia estadounidense. «Una de las razones por las que no quería irme de EEUU era por conducir. Ahora que podemos pilotar es diferente, junto con otros cambios que afectaron nuestro estilo de vida», agregó. 

Hasta la fecha, Arabia Saudí era el único país que prohibía conducir a las mujeres. El cambio se hizo realidad gracias al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, quien promueve en el reino la nueva iniciativa de las autoridades denominada Visión 2030. 

El programa prevé cambiar el estatus social de las sauditas en el país, que cuenta con una de las legislaciones más restrictivas. De esta forma, el primer grupo de féminas inspectoras de accidentes de tráfico ya se está entrenando para responder a los incidentes que se produzcan con mujeres conductoras. No obstante, no está claro cuándo estarán listas para comenzar su nuevo trabajo y cómo se moverán en los entornos mixtos en un país donde las estrictas normas de separación entre sexos normalmente impiden a las féminas interactuar con varones que no sean familiares. 

Las reformas sociales impulsadas por Bin Salman, junto con las medidas en el plano económico para poner fin a la dependencia en las exportaciones de petróleo, están acabando con las normas tradicionales. 

Buena parte de la predominantemente joven población del reino apoya las reformas, pero muchos ciudadanos están preocupados por que los cambios se están produciendo demasiado rápido y temen que puedan provocar una respuesta negativa por parte de los religiosos conservadores, otrora considerados dominantes. 

La apertura social también se vio acompañada de un represión contra la disidencia, incluido el arresto en el último mes de más de una decena de activistas que anteriormente habían hecho campaña por el derecho a conducir de la mujer. 

Cuando el rey Salman decretó el fin de la prohibición de conducir para las féminas, única en el mundo, el pasado septiembre, dio al Gobierno nueve meses para preparar la introducción de las conductoras en las carreteras del país. 

El Ministerio del Interior se ha estado preparando para esta histórica jornada abriendo autoescuelas y fijando lugares para que las mujeres puedan convalidar sus permisos extranjeros. Además, ha trabajado para preparar a las inspectoras. Igualmente, prevén abrir celdas para infractoras. 

Tahani al Ameeri, de 35 años, aseguró estar entusiasmada de empezar a trabajar en la ciudad de Kohbar, en el este del país. «Al principio hay un poco de miedo», afirmó respecto a que las mujeres conduzcan, «pero poco a poco la situación mejorará y, si Dios quiere, esto será bueno para todos», aseveró. 

Las inspectoras serán llamadas al lugar del accidente cuando uno de los implicados esté asegurado, no en los que haya heridos, y cuando al menos una de las partes sea una mujer. Sin embargo, aún tienen que terminar su formación y no está claro cuántas serán contratadas en los próximos años. «Dependerá de la demanda», afirmaron las autoridades. 

EL ESCLAVISMO CONTINÚA. Pese a este aperturismo, la destacada activista saudita Manal al Sharif recalcó que la mujer está aún «esclavizada» en el país a causa del sistema de guardianes. Al Sharif fue encarcelada en 2011 por grabarse conduciendo en Arabia Saudí. 

Así, manifestó que la lucha por la igualdad está lejos de terminarse debido al contexto represivo, que requiere que las sauditas reciban su permiso para casarse o viajar al extranjero, entre otros asuntos. 

«Imagina que tu hijo se convierte en tu guardián», apuntó. «No importan mis capacidades como mujer, sigo esclavizada por otras personas. La libertad para mí es vivir con dignidad, y si mi dignidad y libertad es controlada por un hombre, nunca seré libre», sostuvo.