"El silencio de Cuenca es el aplauso de Sevilla"

José Luis Enríquez
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El periodista acaba de publicar 'Cuencalvario', un libro en el que derrocha sabiduría y amor por la Semana Santa de Cuenca para que "las nuevas generaciones conozcan de donde venimos".

José Vicente Ávila - Foto: E. León

Si hay una voz autorizada de la Semana Santa de Cuenca es la de José Vicente Ávila (Cuenca, 1950). Conoce como nadie la semana de Pasión de Cuenca, de la que soporta el peso del banzo de los medios de comunicación para difundirla bajo su mirada nazarena. Su aportación más reciente es Cuencalvario, un libro en el que hace un exhaustivo trabajo de investigación de las procesiones y los pregoneros entre 1945 y 2023.

Ávila comenzó a escribir sobre la Semana Santa cuando tenía quince años. Desde entonces ya tenía una querencia para buscar palabras cortas que resumieran cualquier acontecimiento. Cuencalvario es un ejemplo perfecto. Es el título de la cuidada publicación editada por la Diputación, en la que ofrece las claves para entender la Semana Santa.

¿Qué es Cuencalvario?

Es una frase que en su día adopté porque quería definir en una palabra Cuenca y su Semana Santa. Uní Cuenca y Calvario, y salió una. Eso ya lo publiqué en el año 1990, cuando dirigía la revista Cuenca Agraria y hacíamos un suplemento de Semana Santa. En uno de los editoriales estaba la palabra Cuencalvario. Palabra que precisamente el presentador del libro, José Miguel Carretero, definió como un 'neologismo brilllante y, a la vez, un conquensismo precioso, castizo y genial'. 

Creo que a la Real Academia Española no le quedará otro remedio que aceptarlo…

[Sonríe] Tendrá que aceptarlo, naturalmente. Entre otras razones porque después de Cuencalvario viene no La Pasión según San Mateo, sino La Pasión según Cuenca.

¿Cómo se estructura este libro?

El libro tiene dos trabajos de investigación muy amplios. Uno es sobre las diez procesiones locales y otra sobre los pregones comprendidos entre el año 1945 y 2023. En Cuencalcavario, La Pasión según Cuenca en diez procesiones explico cada día de procesión con fotografías, datos de los escultores, las andas, los colores de los cofrades, escudos, etc. En fin, todo lo que concierne al paso en sí de cada hermandad. 

Y luego hay otro trabajo, muy amplio, que es Cuenca y su Semana Santa en la voz de sus pregoneros entre 1945 y 2023. Es un trabajo que hice en 2021 para una exposición que había en San Andrés de carteles y pregones de Semana Santa. Las frases, tras la exposición, eran palabras que se llevaba el viento. Había sido un trabajo arduo y entendí que no se podía perder porque saqué frases de todos los pregoneros hablasen de Cuenca y su semana Santa. En este libro creo que un buen compendio de todas esas opiniones.

El libro lo edita la Diputación provincial de Cuenca. ¿Cómo surge?

Cuando empecé a trabajar en febrero del año pasado me llamaron de varios medios de comunicación hasta de la Semana de Música Religiosa para hacer una entradilla de uno de los conciertos sociales. Hace años hice varios guiones para videos de Semana Santa y que se editaron cedés. Al ver el material que tenía empecé a trabajar, a corregir,… y pensé que entre este trabajo y los pregoneros me salía un libro. Presenté un boceto en la Diputación con la idea de que fuera un libro guía de unas 60 páginas, manejable y de tamaño cuartilla. Me aceptaron el trabajo y luego caí enfermo.

Y surgió una perfecta guía nazarena, en especian para los jóvenes, para la cantera, ¿no es así?

Sí. Quiero que las nuevas generaciones conozcan de donde viene la Semana Santa de Cuenca. Es un libro que a los conquenses les gusta porque a los nazarenos les gusta todo lo que salga de Semana Santa, y lo guardan. Pero, también es un libro para la gente de fuera que viene a Cuenca y compra un libro sobre la Semana Santa. También pensé que Cuencalvario fuera un regalo institucional, porque la Semana Santa de Cuenca es internacional. 
Cuando me aceptaron la publicación del libro incluí también la historia del Calvario del Cerro de la Majestad, que nació en el año 1935, en plena República. También se incluye un trabajo sobre los kilómetros que recorren los banceros, que son unos 22 kilómetros entre los diez días de procesiones.

¿Cómo ha conseguido esos datos?

El Ayuntamiento editó en su momento un trabajo en el que vienen los viales de la ciudad, las calles, lo que miden de ancho y de largo. Elegí las calles de los recorridos, sumé y de ahí salen los 22 kilómetros.

Tampoco faltan las Turbas...

Otro trabajo que incluí a última hora fue las definiciones sobre las Turbas de velados tambores y estridentes clarines. Hay muchas palabras y adjetivos sobre este tema. Hay muchas definiciones de periodistas, escritores, nazarenos… Todo eso lo he recogido en varias páginas, como por ejemplo cuando en la novela Un amor de provincia, Andrés González-Blanco, ya hablaba de unas turbas, de un griterío, vociferantes… Lo que he hecho es colocar esas definiciones sobre las Turbas y creo que es un trabajo muy interesante.

¿De la revisión de los pregones, de la que antes hablaba, qué le ha sorprendido más?

Pues lo que más me ha sorprendido es que algún pregón no habla de Cuenca. Es un pregón religioso, de mucha fe, pero cuando se pregona una Semana Santa de una ciudad... En Cuenca es fácil pregonar la Semana Santa por una cuestión muy sencilla y es que el paisaje que tiene la ciudad en la parte alta es una especie de Jerusalén viviente. Aquí, el paisaje, las imágenes, las procesiones con esas curvas como Palafox, la subida por Alfonso VIII, la entrada a la Plaza Mayor… Esos conceptos sí que los han utlizado muchos pregoneros, pero ha habido alguno otro que no. En general, todos los pregoneros han coincidido en que el paisaje cuenta mucho en Cuenca y en su Semana Santa. 

¿De que manera contribuye Cuencalvario para entender a Cuenca? Lo pregunto también porque para para entender Cuenca hay que entender la Semana Santa…

Naturalmente que sí. Cuando me preguntan si la gente tiene devoción y fe, yo creo que la tiene. He vivido la Semana Santa desde hace 50 años he visto años de crisis, de problemas… Sin embargo, las nuevas generaciones han mejorado la Semana Santa. ¡Si nuestros abuelos viesen la Semana Santa que tenemos se quedarían petrificados! [sonríe]. Hay un pregón precioso de Rafael Pérez Rodríguez que habla de la procesión en el azul de las estrellas, en el cielo; es decir, los que fallecen van a esa procesión y ven desde arriba cómo su ciudad celebra cada año la Pasión. 

¿Cómo se puede entender la Semana Santa?

Hay una cosa muy importante, que ya dije en mi pregón y que figura en las tapas del libro, y es que la fe, la religiosidad y la tradición aúnan muchos esfuerzos porque el padre o el abuelo, cuando nace el hijo o el nieto lo primero que hace es, antes de ir al Registro, ir a la hermandad para dar de alta al chico o a la chica. Ese cordón umbilical nazareno se va ampliando en muchísimas familias. Desde fuera veo que los nazarenos velan por su hermandad y dicen que 'la mía es la mejor'. Además, en la Semana de Cuenca, salvo en Lunes Santo, que es una procesión penitencial, desarrollamos por las calles los capítulos de la Pasión de Jesús de manera muy cronológica. Eso da a Cuenca más prestigio. No hay que olvidar que es de Interés Turístico desde el año 1966. Luego, cuando el Ministerio de Turismo fue seleccionando las fiestas, Cuenca se quedó como de Interés Internacional junto a Sevilla, Valladolid y Zamora.

¿Otra clave es ver a través del capuz, aunque no se lleve?

Sí, también. Como lo es el silencio. Aquí ha habido momentos con turistas que han intentado aplaudir y les han silenciado. Siempre he dicho que el silencio de Cuenca es el aplauso de Sevilla. He desfilado algunos años y desde dentro, con la mirada del capuz, los nazarenos ven cómo la gente percibe, cómo se santigua.

¿Tal vez como periodista tiene la habilidad de captar más cosas aún que como nazareno?

Lo curioso es que no soy nazareno de cuna, como la mayoría. Mi madre venía de Puebla de Almenara. En el prólogo del libro lo cuento. Cuando quise ser hermano de una hermandad un compañero me animó a desfilar en Jueves Santo con Jesús del Puente y lo hice. Pero había que trabajar. Además, el gremio de prensa e imprenta estaba en el Cristo de la Agonía, porque muchas hermandades nacieron con los gremios. Y nos apuntamos al Cristo de la Agonía porque era el único día que podíamos salir. Luego dejé de salir. Un día estando en Telecuenca, cuando se presentaba la nueva procesión de Lunes Santo, la de la Veracruz, le pregunté al entrevistado cuántos hermanos eran y me contesto: 'Somos 104 y ahora, 105 contigo'. En definitiva, lo que quiero decir es que la gente siente la Semana Santa. 

¿Qué perspectivas tiene para esta Semana Santa tras una tan sobresaliente como la del año pasado, aunque no la pudo disfrutar como hubiera querido?

El año pasado la vi en la cama del hospital. Precisamente, cuando retransmitía siempre me dirigia a los enfermos y a la gente mayor. Ojalá que este año el tiempo acompañe. En mi caso me han llamado de CMMedia para retransmitir la procesión Camino del Calvario el Viernes Santo, desde las cinco de la madrugada. Si la salud me responde, ahí estaré. Ya lo he hecho varios años con CMMedia y en 2017 hice el Jueves Santo con Televisión Española en La 2.

Con una palabra como Cuencalvario define la Semana Santa. ¿Si le pido una frase lapidaria se atreve?

A ver si me inspiro… [se queda pensativo]. Por ejemplo, diría que la Semana Santa es la fiesta del alma de Cuenca, que vivimos con exaltación pasional.