La fisonomía de la calle Hermanos Becerril de la capital conquense ha experimentado un cambio total no sólo por la demolición de las antiguas instalaciones de la Panificadora Conquense, tras su traslado al polígono industrial de Los Palancares, sino también por la reurbanización del entorno aparejada al aprovechamiento del solar donde estaba enclavada la harinera.     

Un proyecto de urbanización que se ha ejecutado durante algo más de seis meses y que hace casi tres semanas que ya es una realidad, lo que ha supuesto una notable mejoría de esta arteria de la ciudad, que sirve a su vez de entrada desde la carretera de Valencia.

Su ejecución se ha desarrollado sin grandes problemas, tal y como afirma el director de la obra, el ingeniero de caminos, canales y puertos de la empresa Trébol 5, Daniel Valverde, quien explica a La Tribuna que «temíamos que, al tener que cortar uno de los carriles de entrada a la capital, se iban a producir grandes atascos en las horas punta, pero la realidad ha sido que sólo se registraron problemas en días muy puntuales, siempre por la tarde y lloviendo; en un par de ocasiones, no más».

La decoración del islote central se ha rematado con dos espigas de acero corten y tres piedras de molienda auténticas. - Foto: Miguel A. Ramón

Notable mejoría. Este proyecto de reurbanización, promovido por la Panificadora Conquense, ha conllevado una inversión de unos 685.000 euros y se ha centrado en la construcción de una nueva rotonda en la confluencia de la calle Hermanos Becerril con la plaza Segundo Pastor, en el Residencial San José, y de la prolongación de la vía de servicio de entrada a la ciudad, que hasta ahora se encontraba interrumpida, precisamente, por las instalaciones de la harinera, lo que impedía que cumpliera su función  dentro del flujo circulatorio. 

Esta actuación ha permitido, a juicio de Valverde, una notable mejora de la movilidad urbana en esta zona, tanto en seguridad como en fluidez; sin dejar a un lado el drástico cambio paisajístico «que ha venido a dignificar el entorno».

Y es que la nueva rotonda conlleva, a su juicio, no sólo una mejor conectividad y regulación del tráfico en esta conexión con el Residencial San José, sino que, además, contribuye a apaciguar la circulación, con la consiguiente reducción del ruido, especialmente los fines de semana, cuando había mucho coche que circulaba a mucha velocidad en este tramo.

La construcción de esta rotonda de 27 metros de diámetro ha mejorado no sólo la regulación del tráfico en la zona, sino que, además, ha contribuido a calmar la circulación en este punto de la ciudad. - Foto: Miguel A. Ramón

A esta mejoría del flujo circulatorio también contribuye, en su opinión, la conexión de los dos tramos existentes de la vía de servicio, a lo que se suma la creación de 40 nuevas plazas de aparcamiento, tanto en línea como en batería. 

Reurbanización. La reurbanización ha incluido, por un lado, una rotonda de 27 metros de diámetro, que viene a sustituir el anterior cruce regulado por semáforos, y, por otro, la construcción de 151 metros de vía de servicio.

Zona esta última en la que, además de las correspondientes canalizaciones y soterramiento de servicios, como  las telecomunicaciones o el cableado eléctrico, se han ejecutado nuevos tramos, tanto de la red de abastecimiento de agua como de la de saneamiento. 

Se ha completado la vía de servicio, que estaba interrumpida por la harinera. - Foto: Miguel A. Ramón

Y eso sólo en el subsuelo. A ello hay que unir, ya en la superficie, una vía de servicio con amplias aceras, con una anchura que oscila entre los 3,5 y los 6 metros, además de 40 nuevas plazas de aparcamiento, de las que 13 están dispuestas en línea –una de ellas para discapacitados– y las 27 restantes en bateria.

Completan la actuación tres zonas verdes a la entrada de la parcela de la antigua harinera. Zonas, por cierto, que se van a remodelar a petición del Ayuntamiento, con una nueva distribución de aspersores, un nuevo replantado y un allanamiento del terreno para facilitar el mantenimiento. 

Rotonda con 'guiño' al pasado. Dos espigas de acero corten y tres antiguas piedras de molienda conforman el elemento principal de la decoración del islote central de la nueva rotonda de la calle Hermanos Becerril.

El islote central de la rotonda se ha proyectado como un campo de trigo en sus diversos estadios. - Foto: Miguel A. Ramón

Elementos éstos que tienen un claro cometido, que no es otro que hacer «un guiño» y, en consecuencia, «recordar al pasado de esta zona de la ciudad, donde han estado emplazadas durante casi 70 años las antiguas instalaciones de la Panificadora Conquense, promotora, por cierto, de esta urbanización», según explica a esta redacción el director de Obra, Daniel Valverde, quien, a su vez, detalla que «queríamos que no llamara mucho la atención y no fuera muy ostentoso, pero, eso sí, que recordara de un primer vistazo a la antigua harinera». 

Es por ello que se optó por concebir el islote central como un campo de trigo, de ahí que se pavimentara con hormigón de cuatro colores para representar los distintos estados de este cereal, desde el marrón del barbecho hasta las distintas tonalidades de amarillos, pasando por el verde inicial.

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Todo ello culminado con tres piedras de molienda auténticas, de 1.500 kilos cada una, y dos espigas de acero para rematar.