El coronavirus no ha podido, al menos en parte, con el Torneo Nazareno Solidario. Es cierto que la crisis sanitaria ha imposibilitado la celebración del campeonato en sí –que tenía previsto celebrarse durante el primer fin de semana de julio y que este año alcanzaba su sexta edición–, pero su espíritu ha permanecido intacto. A pesar de no llevarse a cabo como en ediciones anteriores, la comunidad semanasantera se unió de nuevo para demostrar su lado más solidario y recaudar 1.500 euros a través de las aportaciones de nazarenos a título individual, así como de varias hermandades.
Según explica Paula Vicente, que forma parte del equipo de organización del torneo, esta cantidad se ha dividido en tres partes iguales de 500 euros para donarla a diferentes salones parroquiales de la ciudad. En concreto, los beneficiadas han sido los de Cristo del Amparo, Virgen de la Luz y El Salvador. El dinero se destinará a la compra de alimentos y bienes de primera necesidad para aquellas personas que «más lo necesiten», especialmente en el contexto social que se deriva tras la crisis del coronavirus.
«No hace falta entrar en muchos detalles para saber que este año, tristemente, es excepcional para muchísimas personas y pensamos que a pesar de no poder celebrar el torneo en sí, porque las recomendaciones sanitarias lo impedían, debíamos estar al lado de los más necesitados», destaca Paula. En momentos así, añade, «se hace más imprescindible que nunca el espíritu de esta actividad, que venimos desarrollando desde 2015». Por esta razón muestra su «enorme agradecimiento» a todos aquellos que han sumado su granito de arena.
Además de la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, nueve hermandades han contribuido de forma directa con sus aportaciones: la Santa Cena, Jesús Amarrado a la Columna, Jesús con la Caña, la Soledad del Puente, La Exaltación, el Cristo de la Agonía, el Cristo de los Espejos, El Descendimiento y Jesús Resucitado.
Hay que recordar que el año pasado se recaudaron 2.700 euros, teniendo en cuenta, eso sí, que el torneo se disputó de forma satisfactoria contando con el dinero de las inscripciones de las hermandades, que es de lo que se nutre la actividad para su fin benéfico. Esa cantidad total también se dividió en tres partes iguales que se destinaron a Cruz Roja, la Asociación Española Contra el Cáncer y la asociación Duchenne Parent Proyect España, que investiga las distrofias musculares de Duchenne y Becker.
Este año la participación iba a ser como en ediciones anteriores, rondando la veintena de equipos, y las expectativas eran «altas». Sin embargo, «con mucha pena», todo se frustró por la pandemia y el «mal menor» ha sido este paso al frente para «mantener viva la llama del torneo» y «estar ahí» un año más.