Vicente Martínez ya es historia en el Ayuntamiento de Cuenca. El edil socialista confirmó de forma oficial en el Pleno de octubre su adiós a las funciones como representante municipal, después de que hace un mes presentara su renuncia al entender que no podía compaginarlo con su labor como secretario provincial del sindicato UGT. El que fuera concejal de Deportes primero y Educación después, abandonó el Salón de Plenos explicando que «es mucho lo que he entregado, pero todavía mucho más lo que me llevo de esta andadura». Eso sí, tras una decisión «muy difícil» de tomar que le generó en algún momento cierto «vértigo y nostalgia».

Martínez dejó atrás su escaño entre reconocimientos de todos los partidos de la oposición, sin excepción, y, por su puesto, de sus compañeros de bancada. Darío Dolz, en boca del grupo, le dio las «gracias» por su «lealtad, dedicación y compromiso» y por «estar siempre ahí arrimando el hombro». «Tenemos una deuda impagable contigo», dijo el alcalde en lo que no quería que se entendiese como una «despedida», sino como un «hasta siempre».

El sindicalista se acordó de los trabajadores municipales, «que cada día dan el cien por cien para que el día a día de los ciudadanos sea mejor», y, con la voz entrecortada por la emoción, también de su familia y amigos, «porque ese apoyo incondicional e ilimitado es una deuda difícilmente subsanable». Con respecto a sus compañeros del equipo de Gobierno, que «se han entregado en cuerpo y alma a una exigente tarea», les mandó mucha fuerza y se mostró convencido de que todos los objetivos «que quedan por cumplir» se conseguirán «peleando» antes de terminar la legislatura.