La otra pandemia silenciosa

C.Sánchez (SPC) - Agencias
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El mejor remedio ante enfermedades como el sobrepeso y la obesidad es aplicar la teoría de la 'triple D': una dieta equilibrada, practicar deporte a menudo y descansar las horas adecuadas

Los estragos de la pandemia por COVID-19 se hacen notar a muchos niveles. El confinamiento que vivimos durante unos meses repercutió de forma decisiva en una salud alimenticia española que ya era delicada. La imposibilidad de poder  practicar deporte y el estrés, que incide de forma directa en el descanso y la dieta, agravaron el problema del sobrepeso y la obesidad. Los tres pilares afectados son la clave para disfrutar de una vida sin problemas derivados del peso.

El porcentaje de población con estrés ha crecido exponencialmente desde que el coronavirus se asentó en la agenda mediática. A su vez, también se ha implementado el teletrabajo, lo que ha elevado las horas delante del ordenador.

Este efecto dominó termina derribando una última pieza, que es la del empobrecimiento de los hábitos de vida saludables. Los datos de crecimiento del sobrepeso y la obesidad en España son, cuanto menos, alarmantes.

Se estima que un 37,6 por ciento de la población española padece sobrepeso y el 16 por ciento obesidad. Por sexos, la prevalencia en ambos casos es más alta en hombres que en mujeres, con un 44,9 por ciento de hombres con sobrepeso frente al 30,6 de las mujeres y, en el caso de la obesidad, un 16,5 y 15,5, respectivamente.

El doctor Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), concreta que la presencia de obesidad se incrementa progresivamente con la edad. «En los hombres, la más alta se sitúa entre los 55 y 75 años. En el caso de las mujeres es un poco más tarde, entre los 65 y los 85 años. En general, la franja de edad con mayor prevalencia de obesidad es la década entre 65 y 75 años», expone.

Por comunidades, Andalucía y Galicia tienen las tasas de obesidad más altas de España, ambas con el 26,7 por ciento de la población. Mientras que Cataluña y las Islas Baleares tienen la incidencia más baja, con un 16,1 por ciento y un 11,7 por ciento, respectivamente.

Lo realmente nocivo de estas dos patologías se ubica en su capacidad para generar más enfermedades y daño en el organismo. El doctor Manuel Puig, expresidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), insiste en este último aspecto: «No hay que olvidar que son patologías  crónicas y multifactoriales. Son enfermedades que generan más enfermedades».  

Diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, trastornos en el aparato locomotor o la apnea obstructiva del sueño son algunas de las afecciones atraídas por el sobrepeso o la obesidad. «A nivel físico, la obesidad produce muchas limitaciones. Además, reduce la esperanza de vida. En personas que empiezan a sufrirla entre los 40 o 50, la supervivencia puede verse reducida entre cinco y 10 años», señala el doctor Lecube.

Y no menos reseñable es la afectación psicológica y mental de quienes padecen estos trastornos. Como comenta el doctor Puig, «mentalmente puede tener implicaciones en el desarrollo de trastornos cognitivos a edades avanzadas». Además, es evidente la estigmatización que sufren las personas que viven con obesidad. «Esto genera un impacto muy negativo en el bienestar psicológico e incrementa su propensión a una baja autoestima, mala imagen del propio cuerpo y depresión», asegura Puig.

El triángulo

El principal remedio para combatir patologías como el sobrepeso y la obesidad es la teoría de las tres D: dieta, descanso y deporte. Dieta entendida como alimentación equilibrada, nada que tenga que ver con la expresión ponerse a régimen, puesto que eso es lo contrario a saludable. Deporte para evitar el sedentarismo, mejorar la salud cardiovascular y conseguir innumerables beneficios a nivel mental. Esta es la pata, quizá, más importante, por todos los estadios a los que afecta. Y, por último, descanso de calidad y en la cantidad demandada.

Estas serían las tres aristas del triángulo de los hábitos saludables. Todas están relacionadas entre sí y son claves para atacar de raíz un problema social y multifactorial a nivel nacional. Una pandemia silenciosa que ha cobrado protagonismo en la sociedad actual.