Los municipios duplican su población en verano

J. López
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La Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales determina que la población que reside en la provincia durante el estío puede elevarse a 375.000 residentes

Mayores y pequeños se refrescan en la fuente de la plaza de Palomera - Foto: Robayna

Niños que corren detrás de la pelota y juegan en las calles, vecinos que se encuentran después de un año y que se detienen para preguntar qué tal les ha ido, ancianos sentados en los bancos de madera que se resguardan de las altas temperaturas o familiares que abrazan a los suyos después de un largo tiempo. Estas podrían ser varias estampas típicas que se producen estos días veraniegos en cada uno de los numerosos núcleos de población que tiene la provincia conquense. Qué mejor que aprovechar los días de vacaciones para viajar hasta el lugar de origen y disfrutar con la familia y los amigos del descanso merecido, y de las fiestas que dan comienzo o que ya se han celebrado en cualquier rincón de la provincia. Son visitantes y turistas que residen durante varias semanas en las localidades e incrementan notablemente la población. 

Tal es la llegada de oriundos que, según datos de la Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales del Ministerio de Política Territorial y Función Pública de 2017, la provincia puede llegar a acoger a cerca de 375.000 habitantes durante el verano. 

Y es que si se compara con el último padrón efectuado por el Instituto Nacional de Estadística –198.000 residentes aproximadamente– la población estacional máxima aumentaría en prácticamente 175.000 vecinos más, o lo que es lo mismo el número de visitantes que llega a la provincia se incrementa un 90 por ciento más respecto a los habitantes que residen habitualmente. 

La mayoría de las localidades duplican e incluso triplican su población, aunque bien es cierto que en algunos casos el aluvión de visitantes se dispara notablemente. Agosto, sin duda, es el mes que mayor cantidad de personas concentrará en aquellos municipios que durante el invierno sufren la grave amenaza de la despoblación. No obstante, y hasta que se produzca el éxodo de los llegados y las aguas vuelvan a su cauce, bares, restaurantes, tiendas de ultramarinos o pequeños comercios aprovechan para hacer lo que se denomina desde tiempos inmemoriales como «su particular agosto». 

las estadísticas. El último estudio del Ministerio de Política Territorial analiza la situación de un total de 314 núcleos de población en los que, según los datos del INE, residen 143.000 personas. Las estadísticas no incluyen los datos de los núcleos poblacionales del municipio de la capital conquense –cerca de 55.000 habitantes–, pero sí añaden aquellas pedanías diseminadas por los 237 municipios restantes. 

De entrada, los municipios más importantes no sufren una variación significativa, aunque cabe mencionarse que la encuesta estima que la población máxima que residirá durante el verano en Tarancón se eleva a 20.000 personas, casi 6.000 más que las que viven el día a día de la localidad. Mientras, la tercera población mayor de la provincia, Quintanar del Rey, llega a los 9.000 residentes en verano por los 7.500 habituales. 

Ahora bien, otros municipios verán incrementada su población en un 571%. Es el caso de Villar de Cañas,  la localidad elegida en 2011 para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC), que pasa de 332 personas censadas a 1.250. El aumento de visitantes se eleva de forma considerable en la Urbanización de Casalonga, próxima a la autovía A-3, que pasa de tres vecinos censados durante el resto del año y aumenta el número de habitantes en estos meses de verano hasta las 1.200 personas. 

La presencia de más residentes se hace todavía más patente en los municipios con baja densidad demográfica. Es ahora cuando las familias aprovechan para trasladarse desde las grandes ciudades para recalar en estas poblaciones y pasar, en la mayoría e los casos, buena parte del verano. Yémeda, Olmeda de la Cuesta, Zafrilla, Narboneta, Hontecillas, Laguna del Marquesado  o Garaballa, entre otras, son buen ejemplo de ello. 

En la primera población apenas residen 22 habitantes durante el invierno, pero estos días llegarán a reunirse cerca de las 500 personas. Algo parecido pasa también en Portalrubio de Guadamejud, una de las localidades paradigma de la lucha contra la despoblación. Aquí, en este municipio de la Alcarria conquense llegarán a lo largo del estío 200 visitantes. 

Otra de las localidades que sube considerablemente la cantidad de residentes es Tresjuncos. Se estima que la población pasa en estos días de verano de los 330 vecinos que residen habitualmente a 1.500 personas.