Después del confinamiento más estricto que soportamos durante aquellas semanas de marzo y abril de 2020, llegaron las medidas de restricción de la movilidad primero, de reunión, de aforos, de asistencia a espectáculos públicos y todas las demás después. Todas ellas se fueron «modulando» en función de la evolución del virus y su incidencia en la población. El número de contagios diario y la ocupación de las camas hospitalarias y de UCI marcaron el grado de libertad que teníamos para sacar al perro o para hacer deporte con el objetivo, claro está, de salvar vidas.
Así estuvimos durante año y medio, cuando comprobamos que la administración de la vacuna de forma masiva a la población –que empezó con Araceli Hidalgo el 27 de diciembre de 2020– nos permitía ir abriendo la mano en determinados espacios y actividades. Poco a poco fuimos transitando hacia aquella ansiada «normalidad» que no llegó hasta que, en septiembre de 2021, la Junta dio ese paso con la supresión de aforos y horarios –y hasta permitió bailar en discotecas– dejando tan solo el uso de la mascarilla. «Bienvenidos a la nueva normalidad» dijo entonces el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz. Luego llegó la famosa sexta ola, la de las navidades pasadas, para volver a dejar todo en suspenso.
Este lunes el Ejecutivo regional dará el paso definitivo con la derogación de «toda la normativa que hemos ido implementando con motivo del Covid» en la comunidad, anunció el presidente, Emiliano García-Page, que se mostró favorable a «actualizar» y «depurar» la legislación puesta en marcha a raíz de la pandemia, dado que «la parte de emergencia está controlada», en contraposición al «tsunami» que provocó la primera ola. «Hemos llegado a una conclusión social, económica, cultural y científica de que la situación la podemos abordar de otra forma», dijo.
De este modo, a partir del lunes decaerán las restricciones que quedaban vigentes en la normativa de espectáculos públicos en cines, teatros, auditorios, circos, espectáculos culturales y, sobre todo, en espectáculos y eventos taurinos que mantenían la exigencia de la distancia de seguridad reduciendo los aforos, o el uso de la mascarilla siendo por lo general espacios al aire libre. «No queremos que haya ningún tipo de contradicción o malinterpretación», explicó el presidente.
Con esta decisión, que se aprobará el lunes en el Consejo de Gobierno –adelantado puesto que se celebra habitualmente los martes–, Castilla-La Mancha culmina, ahora sí, su tránsito hacia la nueva normalidad con el reconocimiento del Gobierno a la responsabilidad de la población en todo este tiempo. «La sociedad española, empezando desde los niños y todas las capas sociales, han cumplido mejor que nadie toda la normativa», remachó.