El retorno de Zinedine Zidane el pasado marzo dio tranquilidad al Real Madrid al haberse consumado una temporada desastrosa. Una bala que, de momento, no ha acertado en la diana y parece haberse perdido en un mercado que ha ido de más a menos. Con estas mimbres, la decepción podría esperar a la vuelta de la esquina.
La goleada del PSG el pasado miércoles (3-0) deja al entrenador francés tocado, si bien tiene el crédito nada desdeñable de haber ganado tres Champions recientemente y, por supuesto, la complicidad del presidente, al que ayudó en un mal momento. De ser otro técnico, probablemente la cuerda sería más floja.
Sin embargo, ya hay medios que comienzan a registrar un posible recambio tras un inicio errático en Liga y desastroso en Europa. El partido contra Sevilla este domingo se antoja clave. En paralelo, José Mourinho, siempre presente en muchos sectores del madridismo, vuelve a protagonizar los primeros rumores.
Con este panorama, y sabiendo que el extécnico madridista está en el paro, la sombra de portugués comienza a hacerse grande. Son ya muchas las voces que piden su regreso y la dimisión de Zidane, medida que aún no se contempla en el coliseo blanco.
José Mourinho llegó al Santiago Bernabéu en el año 2010, justo después de proclamarse campeón de la Liga de Campeones con el Inter de Milán. Con el conjunto merengue no logró hacerse con ‘La Orejona’, más por mala suerte que por mal juego o dirección técnica, pero sí que sumó un nuevo récord para el club al llevarse ‘La Liga de los Récords’. Un campeonato en el que el equipo de Chamartín sumó 100 puntos en la 2011/2012 para batir al, por aquel entonces, poderoso Barça de Guardiola y Messi.
Después de tres temporadas, Mourinho abandonó la casa blanca para regresar a la Premier League. La relación con algunos de los miembros de la plantilla no era la mejor, pero su vuelta ahora no sería descabellada. Mucho ha llovido desde entonces. Jugadores como Pepe y Casillas ya no están, mientras que otros como Varane siguen y se han convertido en pilares. El central galo llegó de la mano de ‘Mou’, quien aún tiene amigos en el vestuario.
El técnico luso no tiene equipo desde los últimos compases del 2018. Fue a finales del año pasado cuando el Manchester United decidió prescindir de sus servicios. Su nombre llegó a sonar cuando se comenzó a barajar la destitución de Solari, pero fue Zidane el elegido.
Sin embargo, algo ha cambiado, cada vez son más numerosos y también más cariñosos los gestos del portugués hacia el cuadro merengue.
Hace unos meses ya reconoció que «decir ‘no’ una vez al Madrid es difícil, dos muy difícil y tres es imposible». Pero es ahora cuando los guiños son claramente definitivos. Mourinho regresó recientemente a España para participar en un acto organizado en la sede de LaLiga y fue allí donde no dudó en declararse al que fue su equipo durante tres años.
«Yo vine a España porque quería entrenar al Real Madrid, y porque quería intentar ser el primero en ganar el campeonato inglés, el italiano y el español, vine con eso en la cabeza», afirmó recientemente el de Setúbal. «Me quedaré con el orgullo de haber ganado vuestra Liga y hacerlo en un momento que era verdaderamente especial y difícil», añadió.
Evidentemente, las cosas tendrían que empeorar para Zidane en cuanto a resultados para que Florentino Pérez tome en poco tiempo esa drástica decisión, la de despedir a su entrenador más laureado. Eso sí, el luso está a la espera de un nuevo reto y no le asustaría el regreso.
Como punto extra a su favor, ‘Mou’ continúa teniendo una legión de seguidores entre el madridismo. Es por ello, que, al ser preguntado directamente sobre su posible regreso al Santiago Bernabéu como entrenador, su respuesta fue un escueto «tranquilos, esperad», que el técnico dejó caer con una sonrisa pícara.