Polo y Peyrolón, carlista y escritor cañetero

Óscar Martínez Pérez
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El acérrimo carlista y escritor costumbrista fue catedrático de Filosofía durante casi toda su vida en Valencia y Teruel

Polo y Peyrolón, carlista y escritor cañetero

En 2018 se cumplió el centenario de la muerte de Manuel Polo y Peyrolón y los conquenses, en general, y los cañeteros, en particular, olvidamos la figura y la obra de un acérrimo carlista y un escritor costumbrista confeso que nació en Cañete en 1846. A finales de los años 90 el periodista Florencio Martínez Ruiz, paisano, de don Manuel, nos recordó en una de sus enjundiosas notas periodísticas que su nacimiento en Cañete -el de don Álvaro de Luna- y pese a la publicación de su correspondencia con José María de Pereda y Menéndez y Pelayo, no pasaba de ser una breve entrada en los diccionarios generosos. Recordaba el periodista que casi nadie le recuerda entre otras cosas porque su obra anda inédita en cierta manera y duerme en voluminosas carpetas en la Academia de la Historia. El periodista nos prevenía que la mejor apuesta que cabía hacer para desentrañar la figura del político y escritor era investigar sus papeles, entre ellos, su autobiografía en varios tomos y publicar alguna de las ediciones de la tan renombrada esquina verde de Cañete que este catedrático de Filosofía escribió. Nuestros vecinos regionales y provinciales de Teruel sí "hicieron los deberes" para con su también paisano de adopción  y es que aprovechando el año de su centenario ocho especialistas sobre su vida y  obra hablaron y desentrañaron en parte la figura de don Manuel, que por otra parte tan vinculado estuvo a las tierras turolenses por sangre materna y vida y formación en la Sierra de Albarracín…

Manuel Polo y Peyrolón, cañetero de nacimiento, fue hijo de María Peyrolón y Lapuerta y Domingo Polo y Polo. Nació en Cañete porque su progenitor ejercía la abogacía en la histórica villa conquense (después de enviudar se ordenó sacerdote). Su hermano Florentino también nació en la localidad serrana y fue como él un comprometido con la causa carlista. Manuel vivió su infancia en Cañete hasta los siete años. Después acompañó a su familia a vivir a varios pueblos de la Sierra de Albarracín, ya en la provincia de Teruel.

Manuel Polo fue catedrático de Filosofía durante casi toda su vida en Valencia y Teruel. Publicó varias novelas costumbristas, muy valoradas por la crítica de entonces (hoy completamente olvidadas) de forma especial por el prestigioso Menéndez Pelayo. También elaboró manuales de filosofía utilizados en los institutos españoles de su época. Su profundo carlismo y catolicismo produjeron textos muy beligerantes y vehementes contra el krausismo, la masonería y el darwinismo, y a favor del tradicionalismo, que le provocaron muchas molestias y alguna detención y registro... En 1896 fue elegido por los carlistas valencianos como diputado ante las cortes de España. 

Activo propagandista católico desde el tradicionalismo, León XIII le condecoró con la cruz Pro Ecclesia et Pontifice. Pero pese a su ideología y acción política contra las ideas socialistas y anarquistas, daba clases nocturnas de forma desinteresada en Valencia a obreros y hombres sin recursos, para que tuviesen más oportunidades vitales, ya que pensaba que la educación era la solución para los problemas de las clases más desfavorecidas... También fue un defensor acérrimo de que las clases escolares se diesen en las lenguas y dialectos locales ya que en sus propias palabras, «quien no ama a su patria chica difícilmente podrá amar su patria grande».

Escritor y Pedagogo. La faceta seguramente más valorada de Manuel Polo y Peyrolón fue la de escritor. Su  literatura era el costumbrismo, donde describía de forma moralizante  los modos de vida de los pueblos serranos. Publicó un buen número de novelas, cuentos y narraciones, destacando Los Mayos: novela original de costumbres populares de la Sierra de Albarracín (1878); Realidad poética de mis montañas. Costumbres de la sierra de Albarracín (1873) o Alma y vida serrana, costumbres populares de la sierra de Albarracín (1910). Su literatura estuvo principalmente ambientada en las Sierras turolenses muy cercanas a la serranía conquense.

Como pedagogo la influencia de su integrismo católico se rebeló en sus enseñanzas pero a la vez tuvo claras posiciones progresistas, como el modelo socrático de la enseñanza, el ser contrario a la enseñanza memorística, o la importancia para el en «educar en valores» más que en conocimientos…

Como carlista fue uno de sus principales portavoces a finales del XIX y senador desde 1907 hasta su muerte, en 1918. Como pedagogo, enseñando Metafísica en la Universidad de Valencia y ocupando la cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Teruel entre 1870 y 1879, etapa en la que produce una extensa bibliografía de carácter filosófico y moral.

Entre sus escritos morales, destacaron títulos como  Parentesco entre el hombre y el mono (1878), Elogio de Santo Tomás de Aquino (1880), El cristianismo y la civilización (1881), Intervención de la masonería en los desastres de España (1899), Credo y programa del partido Carlista (1905), Curso de Psicología elemental (1879), El liberalismo por dentro. Diálogos (1895), El liberalismo católico sin comentarios (1906), Siempre en la brecha carlista (1907), Anarquía, fiera mansa (1908) y La escuela primaria y el catecismo (1913).