Radiografía del disparate

Diego Izco
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En el fútbol se cometen decenas de errores, pero algunos son tan groseros (e inexplicables en el más alto nivel) que marcan partidos. El Barcelona continúa sumando mientras busca una nueva identidad

El defensa argelino del Villarreal Aissa Mandi tras meterse gol en propia puerta - Foto: Rodrigo Jiménez

Nunca hacer una cesión a ciegas hacia tu propia portería y dejar el balón al compañero que va de cara son lecciones básicas que los niños aprenden de sus entrenadores cuando practican ese fútbol primitivo y divertidísimo a los cuatro o cinco añitos: todos corriendo a por todo, barullos, uno que corre hacia su portería, el portero que habla con su hermanito, el defensa sentado en el suelo sacándose los mocos... Esa estampa atropellada y entrañable va perdiéndose en el tiempo y a la élite llega apenas uno de cada 10.000 de esos niños. ¿Y qué sucede? Que suponemos que esos benditos disparates han desaparecido; pero no, aparecen y deciden partidos. La locura infantil se apoderó del Atlético-Villarreal, dos equipos de Champions: el 1-2 se fragua en un malentendido estúpido entre Hermoso y Savic por ver quién le daba a la pelota (ninguno) y el 2-2 definitivo es un autogol de Mandi cediendo la pelota hacia su portería mientras Rulli había salido hacia ningún lado. ‘De patio de colegio’ es la expresión más correcta. 

 

Malamente...

A la espera de que lleguen momentos más esperanzadores, Real Madrid y Barcelona se dedican a ganar. Lo de «jugar» será más adelante o no será, pero tiene cierto mérito llevarse tres puntos con tan poco, con una imagen tan cogida con pinzas, con tan poca superioridad efectiva sobre el rival. En el caso concreto del Madrid duele menos porque siempre ha fluctuado alrededor de mil estilos distintos hacia la victoria; en el del Barça, escuece mucho porque deberá acostumbrarse, sin Messi, a que las defensas ya no son tan planas, el dominio ya no tan abrumador y aquellos huecos imposibles que abría el argentino han desaparecido. Darse cuenta de esa posición de debilidad será el primer paso. 

 

Y el parón

Está bien que vuelvan las selecciones. Las echábamos de menos porque este verano no hemos tenido suficiente primero con la Eurocopa y después Juegos Olímpicos. El diseño de algún calendario, un disparate más.