Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Un catálogo de derogaciones

28/10/2022

Estamos asistiendo, entre perplejos e impotentes, a una cascada de leyes, normas, decretos e imperativos varios que producen un enorme rechazo a una buena mayoría de la población. Algunos ejemplos.
1) Acercamiento de presos etarras, asesinos múltiples incluidos y semilibertad privilegiada una vez llegados a destino con recibimiento de héroes. 2) Rebaja, ya está en cocina la ley, para rebajar a pecadillo el delito de sedición y que los separatistas catalanes o los que se apunten puedan ya dar el golpe con armadura y bula. 3) Leyes y leyecillas de género que tras haber vulnerado el principio de igualdad y de presunción de inocencia por el hecho de ser varón ahora dan el salto al otro lado y a quien afectan es a la condición y derechos, tan duramente conquistados, de las mujeres, a las que se viene a negar casi el serlo biológicamente, y no digamos ya expresarlo en público porque ahora el delirio es que esa condición se autodetermina. 4) Ley de Bienestar Animal que supone en realidad lo contrario y que tiene el unánime rechazo, amén de sectores a quienes afecta de lleno, a la inmensa mayoría de la comunidad científica y veterinaria. 5) Esta es más bien contra Ley, pero de continuo aplicada. El derecho a usar la lengua castellana, idioma oficial de toda España, (artículo 3 de la Constitución) conocida como español en todo el mundo y hablada por 600 millones de personas ha quedado abolido en las comunidades autónomas a las que les ha dado la gana.
Estoy plenamente convencido, y quienes nos lo imponen lo saben mejor que nadie, que, de hacer una consulta a la ciudadanía de toda la Nación, el resultado sería abrumadoramente adversos a su aplicación y favorable a una derogación inmediata, si se encuentra ya vigente. Pero no se preocupen. No tendrán que votar sobre ello ni nadie le preguntará su opinión al respecto y ya se guardarán muy mucho que cuando vayan a las urnas estos temas asomen no aparezcan ni por asomo.
Pero esa, la visita a las urnas, cuando llegue la fecha y para elecciones generales será la única posibilidad que tenemos de revertirlas y que pasa por cambiar la relación de fuerzas que actualmente existe en el Congreso de los Diputados. Porque esa es la clave, las mayorías parlamentarias que son, en nuestro sistema democrático, quienes hacen… y pueden deshacer esas leyes. Hay un otro camino, aunque bastante proceloso, sometido a los cordajes políticos, difícil de utilizar por el común de los mortales y más lento que la tortuga más lenta.  O sea, que lo único que nos vale es el voto y con el establecer nuevas mayorías que enmienden la plana y de plano lo que se ha venido perpetrando por las actuales por intereses varios y en muchas ocasiones al margen y en contra de quienes les han votados.
¿O es que creen, acaso la mayoría de los votantes del PSOE están de acuerdo con las excarcelaciones trapaceras de etarras? ¿Y con lo de insultar a los separatistas catalanes y ahora además cambiarles la ley a su medida? ¿O a favor de la prohibición del castellano?  O esa aberración antifemenina que es la ley Trans que rebela a las feministas llamadas clásicas, o sea, las feministas de siempre y de veras. Para mí que no. Y por eso ni preguntan o por ello lo ocultan, camuflan y enturbian cuanto pueden. Saben que produce un enorme rechazo, pero que, una vez impuesto y en práctica, este país con memoria de pez se olvida. Confían en que solo se recuerde la sigla, el último discurso y la solemne promesa. Aunque la haga el recordman mundial en pisotearlas sin parpadear siquiera.
 Las leyes y la normas de ellas derivados solo tienen democráticamente un camino y es ese. Que el mismo Parlamento que ahora, un día porque hay que pagarle a Bildu, el otro a ERC y cada semana a Podemos las esté alumbrando contra el sentir masivo de la población, sea con otra correlación de fuerzas y votos, el que la derogue.
  Entiendo que va siendo pues hora, de que negro sobre blanco, quienes quieran que nos acordemos a la hora de depositar nuestro voto de esto que nos están echando encima y de ellos para que nos liberen, nos presenten por escrito y firmado algo que empieza a ser preciso y de obligado cumplimiento: el catálogo de derogaciones  imprescindibles. Que lo firmen y que lo cumplan, claro. Aunque tristemente algunas cosas ya serán irreversibles. Pero todo cuanto pueda hacerse, que se haga.