Lluvia de millones

R.L.C.
-

Pablo Mena repartió desde su cervecería 10.000 millones de pesetas. Medio cuarto de siglo después cree que «en Tarancón va a volver a tocar, es difícil pero no imposible»

Pablo Mena a las puertas del establecimiento Cervería Keller Bier. - Foto: R.L.C.

Un barrendero conocido como Talín no tenía dinero para pagar una papeleta de lotería de Navidad, pero el dueño del bar donde le dejaban tomar un vino a cambio de que la puerta del local siempre estuviera limpia le guardó una papeleta con el número 61.714 y su vida cambió porque le tocaron diez millones de pesetas.

Una historia que relata emocionado 25 años después de aquel 22 de diciembre de 1989 el palentino Pablo Mena, desde hace casi 40 años afincado en Tarancón, propietario de la céntrica Cervecería Keller Bier, donde repartió gracias a El Gordo 10.000 millones de pesetas. Un cuarto de siglo después recuerda con entusiasmo como vendió papeletas, sobre todo de 500, 1.000 y 2.000 pesetas, que convirtieron en agraciados directos a alrededor de 7.000 vecinos de un Tarancón entonces con unos 15.000 habitantes.

«Soy una persona optimista y a mi bar venía mucha juventud, yo les animaba a comprar lotería, antes no se vendía tan bien. Les decía que son 20 millones lo que estáis comprando, que os estoy dando la jubilación», recuerda Mena. Su sueño se hizo realidad, deseaba «que cayera algo en Tarancón» por toda esa clientela fijos. «Siempre he tenido negocios relacionados con la juventud, como el salón de juegos o la discoteca Tower’s, con mi amigo Lete y Clemente Loriente,  y pedía con fe un premio para compensar su fidelidad», añade.

El Gordo llegó a Tarancón gracias a que encargó a su distribuidor de café un número de Paiporta, al que estaba abonada por ejemplo la banda de música de esta localidad valenciana. «Me dijo tres números y yo escogí el 61.714, que había jugado algunos años un empresario valenciano, al enterarse que lo teníamos aquí se llevó décimos, por eso aquí cayeron 10.000 millones finalmente», concreta.

Aquel 22 de diciembre, apunta una vecina del municipio con 90 años de edad, «los agraciados y no agraciados hasta galopearon». Hubo barra libre para todo el mundo en la Cervecería Keller y Tarancón se convirtió en noticia a nivel nacional, como recogieron la mayoría de los medios de comunicación de entonces. «Todo era alegría, corría la sidra, es indescriptible, le parecía mentira a todo el mundo que fuera el primer premio el que había caído, que no es cualquier cosa», asegura el popular hostelero, del que incluso se hicieron billetes de mil pesetas con su imagen que se iban repartiendo por las calles durante los días de esta Navidad.

Pablo Mena se convirtió en Rey Mago por adelantado, el agradecimiento de sus vecinos es constante, y sigue vivo hoy, 25 años después. También hubo gente que lloraba, recuerda, porque él les ofreció décimos pero no quisieron comprarlos. Las anécdotas son numerosas, la mayoría positivas, afirma. Aunque también recuerda, por ejemplo, una chica de Tarancón  que al romper con su novio de Madrid éste se quedó con la papeleta que ella había comprado.

«El dinero no es malo es la persona, hace muchos años nuestros padres daban la mano y eso era sagrado y creo que todavía hay gente buena, si yo he  dado mi palabra y he dicho, te guardo 500 pesetas, lo cumplo y la mayoría lo hicimos así», especifica con rotundidad.

Gracias a su corazonada y su actitud positiva, El Gordo tocó a sus clientes de Tarancón y muchos pueblos de la comarca y la provincia, pero también de otros puntos de España, como Bilbao. Desde entonces la Cervecería Keller, en la avenida Miguel de Cervantes, se ha convertido en sitio de referencia. Durante todo el año, principalmente en diciembre, decenas de personas paran a propósito a comprar lotería, muchos de ellos porque hace 25 años les cayó esa lluvia de millones que cambió la historia de la ciudad de Tarancón.

«No un bar en España que sea capaz de vender 54.000 euros en papeletas de lotería de Navidad como pasa en esta cervecería», señala junto al hostelero que hoy regenta su bar, Juan Ramón Rodrigo.

A raíz del 22 de diciembre de 1989 la afición por la lotería se incrementó en el municipio taranconero, desde donde Pablo Mena cree que «va a volver a tocar, es difícil pero no imposible, mucha gente juega números de fuera». Y añade, «hay que tener ilusión, es lo más bonito del mundo».

Recuerdo a los 25 años de El Gordo

Más de 8.500 reproducciones lleva el vídeo realizado por el portal de noticias en internet Tarancóndigital de recuerdos a los 25 años de El Gordo en Tarancón. Con la participación de numerosas personas de la localidad, la Cervecería Keller se convierte en el bar del anuncio de la lotería de este año.  «Me sentí muy muy identificado cuando vi el anuncio y la experiencia de hacer este vídeo me ha encantado, si que apalabramos décimos en servilletas». Cuando el dueño de la Cervecería Keller de Tarancón llegó a casa el 22 de diciembre de 1989 por la noche, «en realidad no sabía cuánto me había tocado, porque tenía décimos apalabrados, pero cumplí con todos».  Las anécdotas son numerosas, muchas similares al actual anuncio de televisión, una clienta habitual que se quedó sin lotería, pero Mena cogió una servilleta «puse 61.714 y le dije te doy cinco millones de pesetas y así fue», a otra persona le guardó de palabra 500 pesetas o aquel cliente habitual que jugaba 8.000 pesetas de lotería todos los años y  estaban guardadas en un jarrón del bar, después de salir El Gordo «él me dio 8.000 pesetas y logró 80 millones».

"Los pisos pasaron a costar dos millones de pesetas más al día siguiente de la lotería"

Con la situación económica actual, si volviera a tocar la lotería en Tarancón el dinero ayudaría principalmente a solucionar problemas derivados del desempleo. Hace 25 años, los agraciados se compraron coches y abrigos de piel, pisos en la playa o en la propia localidad, se abrieron o ampliaron algunos negocios, pero la necesidad no era tan acuciante como hoy. En 1989 un piso en la calle principal, la avenida Miguel de Cervantes, «costaba dos millones de pesetas y al día siguiente de la lotería se vendieron por cuatro, de un día para otro las cosas se subieron dos millones de pesetas, hubo movimiento, pero también hubo gente que no lo supo administrar», expone Pablo Mena, que siguió trabajando cinco años después de tocar El Gordo. «Cuando te toca un premio de estos tienes que tener la cabeza muy fría, entender que es una ayuda, pero no volverte loco, porque el dinero se va», apunta. Muchos supieron guardar y otros no, el problema de la droga, por ejemplo, llegó a muchas familias a raíz de la lotería.