Asfixiados

Manu Reina
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Los conquenses sufren una ola de calor marcada por temperaturas máximas históricas antes del inicio de verano, que se prolongarán hasta el domingo, por lo que conviene extremar la prevención

Asfixiados - Foto: Reyes Martínez

Es inevitable buscar cobijo bajo la sombra, comer menos o al menos alimentos ligeros e ingerir grandes cantidades de agua para así hacer frente a las altas temperaturas. Cualquiera diría que ha llegado el verano, pero ni mucho menos. Aún resta una semana para ello y los ciudadanos ya están sufriendo jornadas intensas de calor que para nada son normales en estas fechas. Para colmo las piscinas públicas permanecen cerradas, todavía no han llegado las tradicionales vacaciones estivales que permitan tomar un descanso y la luz marca precios abusivos que obligan a usar los ventiladores y el aire acondicionado de forma más sosegada, con tal de no llevarse luego un susto con la factura. 

Esto hace que sea más difícil de sobrellevar estas temperaturas que marcan datos históricos. Sin ir más lejos, el pasado lunes los termómetros registraron una temperatura máxima de 37,9 grados centígrados a las seis de la tarde. Ojo, un dato alarmante teniendo en cuenta que es la cuarta temperatura máxima más alta de los últimos cincuenta años durante un mes de junio, tal y como registra el Observatorio Meteorológico de Cuenca. Eso explica el ambiente asfixiante que se vive durante estos días.

Por desgracia, todavía hay que esperar unos días para notar una sensación térmica más liviana. Ya que las previsiones meteorológicas apuntan a que hoy se alcanzará una temperatura máxima de 39 grados. Es decir, el calor se hará notar incluso más. El pronóstico que hace el Observatorio Meteorológico de Cuenca es que la ola de calor acabe el domingo. Aunque hasta ese día habrá que hacer frente a los 36 grados de máxima del jueves, a los 38 del viernes y a los 37 del sábado. Ante esta previsión es necesario llevar a rajatabla una serie de medidas preventivas que ayudarán a combatir este panorama asfixiante. Beber agua fría, evitar salir de casa si no es necesario, no hacer deporte en las horas de máximo repunte o comer alimentos más ligeras son algunas de las recomendaciones o consejos que anuncian los organismos sanitarios. 

Y es que hay que tener un cuidado minucioso con las altas temperaturas. Especialmente, los obreros que se exponen a las radiaciones solares. Ya que la situación se agudiza en estos casos. La trabajadora de limpieza Wendy Vera, que no se despega de su botella de agua, asegura que «es muy complicado trabajar en estas condiciones» y asegura que «es mejor entrar antes a trabajar para tener más horas con temperaturas más llevaderas». Esta empleada, que trabaja hasta mediodía, tiene que lidiar con más de media jornada bajo el sol. Eso hace que «tengamos que tener cuidado y beber de forma más repetida». Unas palabras que suscribe también otro empleado que tiene que ejercer en plena calle a la luz del día. Francisco Javier Cañada considera que «sería mejor empezar a trabajar a las cuatro de la mañana y terminar la jornada a las once para así evitar el intenso calor». Además, este empleado cree que «nuestro trabajo sería incluso más efectivo porque el cuerpo humano tiene mayor rendimiento». Es tal la mella que hacen las altas temperaturas en una persona que Cañada revela que «durante invierno no pruebo apenas agua pero en verano es inevitable porque no queda otra y ahora estoy bebiendo mucho». 

Los trabajadores son los que más se exponen a este fenómeno meteorológico. Pero también los vecinos lo sufren. Gloria Nieto asegura que deja las persianas bajadas «para evitar que el calor se apodere de mi casa» y reconoce que sale de casa «buscando no alejarme mucho del río porque son las zonas más frescas». Y es que las temperaturas durante estos días no «son normales y hacía mucho tiempo que no sufría tanto calor sin haber llegado todavía el verano», señala Carlos Mendiola. Este hombre de edad avanzada acude durante estos días de forma rutinaria a refrescarse con la fuente que hay situada en el Parque Los Moralejos. «Es una fantástica zona para tomar agua fresca e hidratarse, algo muy importante en estas situaciones», sentencia. Su hijo, Carlos Manuel Mendiola, ratifica sus palabras y añade que «cuando salimos de casa miramos donde hay una fuente cerca por si tenemos que hacer una parada en nuestro camino». 

El calor también pone en jaque a los deportistas, que tienen que tener especial cuidado en estas asfixiantes jornadas. Juan Martínez avanza que guarda en el congelador una botella dos horas antes de subirse a la bicicleta «para llegar a casa e hidratarme bien». También explica que diseña su ruta con conciencia para no alejarse mucho de casa y «tener una fuente cerca». Además, Martínez aconseja a los deportistas a que «tengan mucho cuidado porque en cualquier despiste uno puede sufrir un mareo o golpe de calor».

En estas épocas, es de suma importancia llevar a rajatabla las recomendaciones de los expertos sanitarios. Y es que cuando la salud está en juego, no hay ningún debate. Ahora no queda otra que tomar en consideración los consejos y esperar que las temperaturas bajen. Eso sí, sin bajar la guardia. Mucho menos resignarse ya que todavía quedan por delante repetidas jornadas de altas temperaturas hasta que vuelva el frío. 

ARCHIVADO EN: Precios, Verano, Cuenca, Canadá