Numerosos devotos participaron el sábado, festividad de San Julián, en el tradicional traslado de la patrona de Tarancón, la Virgen de Riánsares, de la iglesia de la Asunción hasta su ermita, donde permanecerá hasta el 15 de agosto. Esta procesión de despedida no se llevaba a cabo desde enero de 2020 debido a la pandemia de la Covid-19. Tras la solemne misa mayor por la mañana, como marca la tradición a las tres de la tarde se cantó la salve en el interior del templo parroquial y, ya con las autoridades religiosas y civiles y la banda de música, se despidió a la patrona en la Cuesta de la Bolita. Además del habitual acompañamiento de los copatronos, San Víctor y Santa Corona, destacó que también procesionó San Julián. En concreto, esta imagen se venera en la ermita de Santa Quiteria y fue la Hermandad de Santa Quiteria la que recuperó su presencia en la despedida a la Virgen de Riánsares tras casi un siglo, pues al parecer "dejó de procesionar en este traslado a principios de los años 90". 

Una vez que el párroco de la iglesia de la Asunción, Miguel Alberto López, pronunció las palabras de despedida en la curva de la Cuesta de la Bolita, se inició el camino únicamente ya con la Virgen de Riánsares, rodeada de multitud de taranconeros. Durante el trayecto se produjeron diferentes relevos, de tal manera que todas las personas que quisieron pudieron portar la imagen. A la llegada al santuario, recibida también por numerosos vecinos, también se cantó la salve y se celebró una eucaristía. 

La Virgen de Riánsares ya está colocada en su altar, y desde este 29 de enero todos los domingos se celebrará misa en su ermita a las 10,30 horas. Se espera que numerosas personas acudan a visitarla también el próximo 3 de febrero, festividad de San Blas, en la que es costumbre acudir a la pradera de la ermita a comer la tortilla, el chorizo y la naranja. 

Tradicional procesión de despedida a la Virgen de Riánsares

Jornada festiva

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El Día de San Julián, fiesta local en Tarancón, se completó por la tarde con un exitoso concierto de la agrupación musical Nuestra Señora de Riánsares impulsado por el Gobierno regional con motivo del 40 aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. Una vez más se colgó el cartel de no hay entradas, ya que se agotaron por completo las invitaciones (al ser gratuito) en el segundo día de ponerse a disposición del público.