El suspense vuelve a planear en los pasillos del Congreso. El Gobierno está ultimando las conversaciones con los diferentes grupos políticos para conseguir los apoyos necesarios que le permitan convalidar mañana en la Cámara Baja el real decreto que incluye, entre otras medidas, el plan de ahorro energético.
Tras el Consejo de Ministros de ayer, la portavoz del Gabinete central, Isabel Rodríguez, sostuvo que el Ejecutivo espera obtener el respaldo parlamentario para aprobar «un plan que protegerá a familias y empresas, y cumplirá con los compromisos adquiridos con la UE».
En este sentido, la socialista explicó que a día de hoy solo tienen constancia del voto en contra del PP, que el día anterior anunció que no apoyaría las medidas de ahorro energético al tratarse de una «imposición» que incluye «frivolidades», como tener que quitarse la corbata, apagar escaparates o subir o bajar la temperatura.
Este argumento sirvió para que cargara contra los conservadores Rodríguez, calificándolo a su vez de «frivolidad» para luego criticar que pese a que han tenido «23 días para leerlo, parece que aún desconoce el contenido del mismo». «La ciudadanía no entendería la negativa de ningún grupo político a estas medidas», advirtió.
Con el más que probable no de Génova, que exige modificaciones en el texto para incluir aspectos como la extensión de la vida útil de las centrales nucleares, La Moncloa necesitará contar con el apoyo de sus socios habituales, como ERC y el PNV.
Sin embargo, ambas formaciones todavía no han anunciado lo que harán, al igual que EH Bildu, lo que deja en el limbo la aprobación del plan de ahorro energético.
Para los dos partidos vascos tuvo palabras el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, que pidió a jeltzales y abertzales que «no repitan el error» que, a su juicio, cometieron con la reforma laboral y apoyen la iniciativa de La Moncloa. Además, circunscribió «el acercamiento» del presidente PP, Alberto Núñez Feijóo, al PNV en el «intento de desgastar» a Pedro Sánchez.
De momento, Compromís es la única formación que anunció su apoyo a través del alcalde de Valencia, Joan Ribó, asegurando que lo harán «de forma entusiasta».
Por el contrario, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, criticó en una carta la «falta de diálogo y de acuerdo» del Gobierno, exigiendo cambios para apoyar el plan, como una «mayor flexibilidad» a las empresas para poder establecer medidas de ahorro energético.
El llamado Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización prevé, entre otras medidas, el ajuste de los termostatos en edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, estaciones de tren y autobuses y aeropuertos. Concretamente, establece una temperatura mínima de 27 grados para los meses de verano, y una máxima de 19 en invierno.
Además de controlar el termostato, se deberán apagar las luces de los escaparates a partir de las 22,00 horas y la iluminación de los espacios públicos cuando no estén en uso, al tiempo que deberán tener sus puertas cerradas cuando estén funcionando los sistemas de calefacción o refrigeración. En este sentido, para el próximo martes, los locales deberían disponer de un dispositivo de cerrado de puertas.
El plan aprobado por el Gobierno central forma parte de la estrategia de la UE para reducir el consumo energético tras la invasión rusa de Ucrania, con la expectativa de que en los próximos meses el suministro de gas ruso pueda verse afectado.
Transporte y becas
Sin embargo, el real decreto que se votará mañana en el Parlamento no incluye solo el plan de ahorro energético, sino medidas de apoyo en el ámbito del transporte y en materia de becas y ayudas al estudio.
Así, se votará la gratuidad del precio de determinados abonos y títulos multiviaje de Renfe entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre, así como un pago complementario de 100 euros al mes durante cuatro meses para los beneficiarios de becas y ayudas al estudio.