Conocido por Galo, Juan Jesús García Galocha es uno de los profesionales con más prestigio dentro del mundo de la animación española. Debuta como director en Momias, pero su carrera está unida a la del productor y guionista Jordi Gasull, por su trabajo como director de arte en películas como Las aventuras de Tadeo Jones, Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas o Atrapa la bandera. 

¿Qué atractivo tienen las momias para ustedes, los responsables de la animación española, que las han puesto en primer plano tanto en su película como en Tadeo Jones?
Nuestro productor y guionista, Jordi Gasull, nos vino con un guion que nos presentó diciendo: «tengo una historia con momias de Egipto que viajan al mundo actual, hay romance, música, pero también escenas de acción»… Todo el equipo nos enamoramos del proyecto.

Con esta película ustedes compiten en igualdad de calidad a las producciones estadounidenses de Disney o Dreamworks. Pero, supongo, que en medios humanos y técnicos no tienen nada que ver…
El presupuesto de cualquier película de Disney o Pixar es 13 veces mayor que el nuestro. La suerte que tenemos en España es que hay muchísimo talento en el mundo de la animación, tanto es así que en estudios como Disney, Dreamworks o Sony hay cantidad de profesionales que son españoles.

¿Cuánto tiempo han tardado en hacer Momias?
En total tres años; año y medio en escribir el guion, dibujar el story board y el resto en hacer la producción, primero la imagen y luego la sonorización, la música. Hay muchas personas en esta, en el pico más alto, hemos llegado a trabajar 110 profesionales solo de imagen. 

De las tres momias protagonistas de Nefer, Thut, Sekhem. ¿Cuál les costó más crear en imágenes?
Todo partió de Nefer y Thut, que fueron los primeros y el reto mayor consistió en hacer una película de momias que tienen un romance. Hicimos muchos bocetos y la idea de que las Momias no lleven vendas en el rostro la tomamos de la película de Tom Cruise, La Momia. 

¿Les costó lograr que esta película resulte tan divertida?
En el humor ha habido mucha colaboración entre guionistas y animadores. Porque había diálogos que funcionaban bien escritos en pero no en imágenes. Por eso muchos chistes escritos finalmente los tradujimos a imágenes.

¿Cómo ha afrontado su primera película como cineasta? 
Cuando me ofrecieron dirigir esta película, yo ya había tocado muchas áreas y encima he tenido la suerte de contar con un equipo muy profesional. Así que, a pesar de la responsabilidad, no he estado ni nervioso ni asustado.