Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Zancadillas contra la unidad

28/09/2020

Decía Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, que en tiempos excepcionales hay que hacer cosas excepcionales. Cierto, lo que no es admisible que estos tiempos de excepción sirvan de coartada para perpetrar hechos infames. Tal es el episodio protagonizado por el ministro de Sanidad quien, en una iniciativa vergonzante y rastrera, mudó su criterio en tan sólo 48 horas para lanzar una andanada brutal contra el gobierno de Madrid.
El rosario de los últimos acontecimientos evidencia la estrategia de  zancadilla política por parte del PSOE para derribar a Isabel Díaz Ayuso. El lunes, el presidente del Gobierno se trasladaba a la Comunidad de Madrid para suscribir un acuerdo mediante el cual Gobierno central y autonómico creaban una serie de grupos de trabajo  para afrontar la pandemia.
Apenas 48 horas después, Salvador Illa ratificaba, elogiaba y encomiaba sin ambages la gestión sanitaria que se lleva a cabo en la Comunidad madrileña. Sin embargo el viernes, al tiempo que el viceconsejero de Sanidad de Madrid anunciaba otra serie de medidas de restricción de movimientos para atajar el mal, el ministro de Sanidad, sin previo aviso ni comunicación alguna a los dirigentes regionales, convocaba su propia rueda de prensa para arremeter contra la gestión de Ayuso y exigir el cierre total de la capital y de los municipios con más de 500 positivos por cada 100.000 habitantes.
Nada de eso había dicho antes el ministro Illa. Fue una irrupción en tromba contra el Ejecutivo madrileño, que asistió desconcertado ante tal embestida. Illa, que siempre se ha mostrado como un ministro prudente, ha cambiado radicalmente su actitud. Quizás para desembarazarse de responsabilidades ulteriores, en la línea de lo que viene haciendo el presidente del Gobierno, que parece que la crisis sanitaria no fuera con él. Por más que se empeñen ambos, la lucha contra la pandemia es de todos. Juguetear al politiqueo más rastrero frente a una emergencia de tales dimensiones se antoja no sólo reprobable sino, directamente, infame.