Zapatero ha visto mucho el programa de Cuarto Milenio. He visto sus declaraciones a la prensa alegando que hay poderes ocultos que se oponen a la democracia, y es patético verle después de haber sido el presidente que causó la quiebra y la ruina más importante de la historia de España. Trató de ganarse a la izquierda de nuevo inventándose el enfrentamiento entre las dos Españas, y sacó a colación para ello la guerra civil y la ley de la memoria histórica. A los setenta y tantos años del enfrentamiento entre los españoles y después de un montón de años de paz, y de una transición que puso los puntos sobre las íes, generada por Suárez y por Felipe González, quiso volver a reabrir las heridas. Felipe González fue una persona generosa, un gran líder de la izquierda, un gran estadista y estando recién llegado desde el final de la dictadura, comprendió que la guerra civil fue un error de la izquierda, inmersa en un estalinismo asesino, y que aunque los años de dictadura fueron hirientes para los intelectuales de la izquierda, Franco creó la seguridad social que la república no fue capaz, prohibió el despido, -no cabía indemnización que valiera-, el fuero de los trabajadores, y en el caso de que el empresario se empecinase en despedir a un trabajador, lo condenaba a pagarle 45 días por año. Creó el INI, con la empresa nacional del petróleo, la nueva telefónica, los bancos estatales, -Banco de Crédito hipotecario, Banco Exterior, Instituto de Crédito Oficial, desarrolló los altos hornos, y un montón de empresas más todas estatales-, en fin, lo mismo que dice Podemos que hay que hacer ahora.
Felipe tuvo que recortar lo de los 45 días, permitir las reestructuraciones laborales, desmantelar un tejido industrial protegido para meternos en Europa y poder competir.
El señor Zapatero, -a tus zapatos con lo de no levantarse cuando pasó la bandera americana-, hizo lo contrario a Felipe González y pensó que una nueva transición le iba dar de nuevo el poder. De ahí la memoria histórica.
No hay poderes ocultos en la democracia, señor Zapatero, los poderes están a la vista. Los empresarios se oponen a que les puteen, los trabajadores piden mejoras como es lo lógico, las grandes empresas quieren ganar más dinero como en todos los países del mundo, y ese equilibrio de poderes entre los elegidos para la gloria por las urnas y los que quieren influir en la política no es lo perfecto, pero no son ocultos. Usted sí que es un poder oculto, protegido por los venezolanos que han convertido a uno de los países más ricos del mundo en uno de los más pobres, un personaje que hundió a España por lo de los 'brotes verdes', y que pasará a la historia como el peor presidente de la historia democrática de España.
Sus declaraciones hunden el PSOE y le dan más poder a la derecha, por su falta de credibilidad y su alineación con los países donde no existe el estado de derecho. Déjese de tanta tontería, cobre su pensión de presidente y no nos venga aquí a dar por saco.
«No hay poderes ocultos en la democracia, señor Zapatero, los poderes están a la vista»