Cuentan los días en el calendario para que las palabras de Darío Dolz se hagan realidad. Según avanzó el alcalde hace justo ahora una semana, la instalación de la fibra óptica en San Antón y Buenavista es «inmediata». Toda una declaración de intenciones que se espera «como agua de mayo» en estos dos céntricos barrios conquenses, que persiguen «desde hace muchos años» esta sustancial mejora en sus telecomunicaciones. El regidor apuntó que los trabajos deberán estar concluidos en un periodo aproximado de seis meses, y que la empresa encargada de llevarlos a buen puerto será Telefónica. Compañía que, por su parte, confirmó a La Tribuna que la inversión total –incluyendo también el despliegue en el Casco Antiguo– ronda los 200.000 euros.
«Estamos en 2021 y es más necesaria que nunca una buena conexión», explica Virginia Baranda, trabajadora social del proyecto ‘De San Antón el Cielo’. Y lo es porque el uso de internet «se ha multiplicado» por diferentes razones, especialmente con la pandemia, añade el presidente de la asociación de vecinos de Buenavista, Luis Miguel González. El auge del teletrabajo, las clases online o las videoreuniones son ahora el pan nuestro de cada día. Y para eso es «muy importante» la rapidez y efectividad en la conectividad.
«Estamos expectantes e impacientes», destaca Virgina, y es que es algo que en el barrio se comenta desde hace mucho tiempo. De hecho, han iniciado diferentes movilizaciones y campañas, como una recogida de firmas para pulsar el sentir del vecindario en este asunto. La realidad les sorprendió, y es que recolectaron unas 200 firmas «en muy poco tiempo y sin apenas darle publicidad». Una circunstancia que han elevado hasta la administración local, con la que han mantenido encuentros para intentar arrojar luz. «Queríamos hacernos oír y poner sobre la mesa esta necesidad», enfatiza al tiempo que pone en valor la buena respuesta vecinal. «Es algo necesario si queremos de verdad seguir avanzado y estar en una situación de comodidad y buen servicio», recalca por su parte Luis Miguel.
Ambos coinciden al señalar que hay una parte importante del trabajo realizada, y es que las canalizaciones para soterrar el cableado que haga falta ya están hechas en sendos barrios. «Estamos preparados y no debería haber muchos problemas», argumentan. Sus vecinos les transmiten su «satisfacción y alegría» con la esperanza de que el anuncio no caiga en saco roto. Especialmente desde el confinamiento, son varios los conciudadanos que les han hecho llegar su problemática en este sentido.
De esta forma, Luis Miguel pone el ejemplo de un estudiante al que se le «colgó» internet mientras se encontraba haciendo un examen online. Virginia, por su parte, pone el foco en algunas personas del barrio que incluso han llegado a pensar en abandonar en el mismo en busca de una zona con mejor cobertura. «En muchas ocasiones das por hecho que vas a tener una buena conexión, pero a la gente le sorprende que en pleno siglo XXI no sea así en algunos puntos de la ciudad», sostiene.
Los que tendrán que esperar un poco más de tiempo son los vecinos del Casco Antiguo. El plazo máximo que se ha fijado para que sus habitantes puedan disfrutar de la fibra óptica es de unos dos años. Según comentó Dolz en su momento, la parte alta de la ciudad genera «más problemas» a la hora de llevar a cabo el despliegue de la instalación, algo que «se irá investigando palmo a palmo». De todas formas, es «casi seguro» que el Casco se sectorice a la hora de llevar a cabo estos trabajos.