La fantasía está al servicio del arte en las dos exposiciones que durante toda la Navidad se pueden visitar en el hall y la primera planta del auditorio municipal de Tarancón. En horario vespertino de siete a nueve, hasta el 8 de enero se pueden contemplar más de 30 obras pictóricas del castellanomanchego José Luis López Romeral, en la muestra Doménico, y también más de medio centenar de ejemplares sobre el cuento de Hansel y Gretel que pertenecen a la colección privada de más de 300 cuentos de Antonio Escamilla Cid, del pueblo conquense de Montalbo.

Junto a ambos autores, durante el acto inaugural, la edil de Cultura, María Victoria Saiz, invitó a vivir el cierre del Año del Greco, en el que se ha conmemorado el cuarto centenario de su muerte, visitando el auditorio de Tarancón, y también animó a dejarse llevar, especialmente en Navidad, por el mágico mundo de los cuentos.

‘Doménico’ es el título de la interpretación de El Greco de José Luis López Romeral, que posa con dos seguidores en la inauguración. - Foto: R.L.C. El poder del maestro

José Luis Romeral evidencia en sus pinturas su gratitud por El Greco con una mirada donde queda patente «el poder del buen maestro, el gran abuelo que ha influido en todos los pintores y en mí por supuesto, desde que lo descubrí a los 11 años en Toledo», detalla el propio autor.

A partir de la pintura de El Greco, Romeral ha hecho una serie de variaciones y derivaciones pictóricas con su propio lenguaje artístico. Un encuentro fecundo entre un maestro de la historia del arte y un pintor contemporáneo, que por ejemplo plasma en un apostolario a personas cercanas a él que forman parte de su vida actual.

Parte de esta exposición también se puede contemplar a la par en el Claustro San Pedro Mártir, el Palacio Episcopal y el Hotel Pintor El Greco, en la capital regional.

Con tres dimensiones

La colección privada de cuentos infantiles de Antonio Escamilla se detiene en uno de los cuentos más famosos de los Hermanos Grimm. Muestra la historia de Hansel y Gretel en libros, ilustraciones, vitolas o tarjetas navideñas, algunas de las piezas en tres dimensiones o desplegables. Arte, en miniatura en muchos casos, llegado de países centroeuropeos y España. «No es el cuento más apropiado para Navidad, yo apuesto por la verdadera dulcificada, donde los propios niños quisieron ayudar a sus padres», matiza el autor, que expone a la par con el mismo tema en la biblioteca nacional, en Madrid.