Récord en la contratación de personas con discapacidad

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Ha llegado a su máximo histórico según los últimos datos del Servicio Público de Empleo en Castilla-La Mancha, con 3.567 contratos, un 18% más que en 2021

Factoría de Ilunion en Cabanillas del Campo. - Foto: Javier Pozo

Las últimas cifras oficiales aportadas por el Servicio Público de Empleo Estatal anotan un máximo histórico en la contratación de personas con discapacidad, que entre enero y julio de 2022 ha alcanzado en Castilla-La-Mancha los 3.567 contratos, un 18 por ciento más que en 2021 y superando en un 12 por ciento las cifras alcanzadas en tiempos prepandemia (3.180)

El análisis que realizan desde la Fundación Adecco apunta que detrás de este incremento subyace la recuperación económica, tras haber dejado atrás la etapa más dura de la emergencia sanitaria, pero también un paulatino cambio de mentalidad en la sociedad y en las empresas, propiciado precisamente por la pandemia. Señalan que las compañías son cada vez más conscientes del talento que aportan las personas con discapacidad, viendo reforzados valores como el sacrificio, la superación o el esfuerzo, tan necesarios en una sociedad diversa y competitiva.

Además, la consolidación de la ley que exige a las empresas la incorporación de personas con discapacidad (que en 2022 cumple cuatro décadas) y la mayor visibilidad de la discapacidad durante los últimos años gracias, entre otros, a la globalización y al auge de las redes sociales, han hecho que el empleo deje de ser considerado un anhelo inalcanzable o reservado a unos pocos para convertirse en un derecho fundamental y en el vehículo por excelencia para que las personas con discapacidad alcancen sus metas personales.

«Vivimos el mejor momento para abordar la inclusión y para hacer efectiva la igualdad de oportunidades», declara Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, «hoy, cuatro décadas después de la aprobación de la ley que exige a las empresas la incorporación de personas con discapacidad, es evidente que su empleo ha avanzado de forma espectacular». Sin embargo también quedan retos por delante. Mesonero enumera la concentración de los contratos que se sigue produciendo en el ámbito protegido (centros especiales de empleo), mientras que en las empresas ordinarias los trabajadores con discapacidad continúan infrarrepresentados, dificultando este hecho la normalización. Por otra parte, existe una notable brecha formativa que excluye a las personas con discapacidad de las posiciones más cualificadas, particularmente en el ámbito tecnológico, siendo imprescindible dotarles de competencias digitales para conectar con los nichos de empleo emergentes. Asimismo, resulta esencial estimular su participación en el mercado laboral, todavía exigua. Y es que la participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral sigue siendo deficitaria, alrededor de un 34 por ciento.