Bailando en el alambre

Diego Izco (SPC)
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Tras asentarse en 'Champions', el Sevilla firma un arranque desastroso y el proyecto se tambalea

El técnico del cuadro andaluz, Julen Lopetegui, ya estuvo muy cuestionado en el último tramo de la pasada temporada. - Foto: Alejandro Garcia

Para explicar por qué el Sevilla lleva cinco puntos en seis jornadas, por qué ha encajado 11 goles cuando en la pasada campaña se llevó 13 en toda la primera vuelta o por qué el público del Sánchez Pizjuán se gira con vehemencia hacia el palco y pide la dimisión de Lopetegui en poco más de un mes de competición harían falta varias páginas como esta… aunque un buen resumen siempre empezaría en abril de 2019, cuando Monchi regresa como director general deportivo.

El Sevilla lleva disputando competición europea de forma recurrente desde la temporada 2012/13, pero la 18/19, con Pablo Machín despedido en la jornada 27 y Joaquín Caparrós rascando una sexta plaza hasta el final, es el detonante: algo hay que cambiar para reclamar el cuarto escalón del fútbol español y, de paso, intentar competir con los tres primeros. 

La primera contratación fuerte de Monchi es Julen Lopetegui. El técnico venía de un doble fiasco muy mediático: ser despedido como seleccionador nacional en las antevíspera del Mundial de Rusia... y ser cesado en el Real Madrid en solo 10 jornadas. A pesar de todos los recelos, la apuesta del de San Fernando fue muy sobria.

Jules Koundé celebra un gol con el club de Nervión. Jules Koundé celebra un gol con el club de Nervión. - Foto: Julio MuñozEn ese primer 'año Lopetegui', el Sevilla realiza el mayor gasto en fichajes de su historia: 188 millones de euros. La 'operación salida' había dejado 120 en caja con salidas fuertes como las de Ben Yedder, Muriel o Sarabia, pero el equipo dio un salto cualitativo con inversiones fuertes como los 35 'kilos' gastados en una promesa como Jules Koundé, los 20 por En-Nesyri, los 15 por Ocampos o Diego Carlos, los 14 por Jordán, los 13 por De Jong… 

En aquella 18/19, el Sevilla concluye con un billete para la Champions, termina con 70 puntos (los mismos que el Atlético de Madrid), aunque a 12 y 17 de Barça y Madrid, respectivamente. Sin embargo, las distancias respeto al 'pelotón' han aumentado: el Villarreal es quinto con 60. Lopetegui ha propuesto un fútbol de control muy intenso, con pocas alegrías, pero el público del Sánchez Pizjuán lo da por bueno. En los despachos se asume que el club debe 'bailar en el alambre' (equilibrios entre rendimiento deportivo y cuentas) si quiere mantenerse ahí arriba. 

La tónica se mantiene al año siguiente (cuarto a dos puntos del Barça… pero 15 por encima de la Real), en el que la plantilla es aún más fuerte con 70 millones invertidos en Suso, Óscar, Acuña, Bono, Rakitic o el 'Papu' Gómez. La línea es ascendente incluso en la 21/22, cuando el Sevilla se planta en dos tercios de campeonato como la única alternativa al Madrid: en la jornada 26 se pone a cinco puntos de los blancos y aventaja en nueve al Barça.

El hundimiento

Y es entonces cuando el equipo se desmorona. La escuadra pega el 'petardazo' en los octavos de la Europa League ante el West Ham (gol de Yarmolenko en la prórroga) y ya no se recupera: enlaza tres empates consecutivos en la Liga y pierde en el Camp Nou, se pincha el globo y concluye la Liga cuarto, a 26 puntos del Real Madrid y a 13 del Barça. 

El director deportivo, Monchi (i), y el presidente, Pepe Castro (d). El director deportivo, Monchi (i), y el presidente, Pepe Castro (d). - Foto: Raúl CaroEl público siente que se ha perdido una ocasión histórica, y a pesar de que se logra el tercer billete consecutivo para Champions por primera vez en la historia, termina el curso con una tremenda pitada hacia el césped. 

Nada mejora (más bien al contrario) en verano, donde pierde a su pareja de centrales titulares (Diego Carlos y Koundé) y a uno de sus mejores jugadores en este período (Ocampos) para aliviar la masa salarial de la plantilla. El 'baile' se ha terminado. Sin estabilidad atrás (apenas 28 millones gastados a última hora en dos centrales, Nianzou y Marcao), el Sevilla ha arrancado con tres empates y cuatro derrotas en sus ocho primeros partidos de una 22/23 que puede llevarse por delante un proyecto que Monchi soñó ganador hace tres veranos… y que puede terminar en tragedia.