La solidaridad de los conquenses tiene en la calle Ángeles Gasset un punto de encuentro simbólico cada día, a las ocho de la tarde. Los aplausos de los vecinos, los sonidos de las sirenas de las ambulancias y de los vehículos de bomberos componen cada tarde la peculiar y sonora melodía de apoyo a una familia que lucha contra el coronavirus.
Una vecina de un inmueble de esa calle, enfermera del Hospital Virgen de la Luz, permanece ingresada en la UCI del mismo. Su marido y los dos hijos de la pareja están confinados en el domicilio con la esperanza recibir cuanto antes la mejor de las noticias: el regreso de su madre a casa.
A la espera de esa ansiada vuelta, con el alta médica en la mano, los compañeros del marido, que es trabajador en las ambulancias, acuden cada tarde a las puertas de ese edificio de la calle Ángeles Gasset para recordarles que no estan solos, aplaudir con ellos e insuflarles ánimos y proclamar a los cuatro vientos lo que canta tanta gente estos días: Resistiré.