Cuenca suma 7 zonas inundables de riesgo para la población

Jonatan López
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El Ministerio para la Transición Ecológica mantiene la capital, Priego, Albalate de las Nogueras o el río Valdemembra como las áreas de mayor peligro y estudia 50 tramos de la provincia susceptibles de siniestros

Cuenca suma 7 zonas inundables de riesgo para la población

No es la primera vez que pasa ni será la última pero, históricamente, la península ha registrado en este mes de septiembre crecidas e inundaciones por la conocida gota fría. Las provincias del Levante eran, hace no tantos años, las zonas más susceptibles de sufrir este fenómeno meteorológico que consiste en un embolsamiento de aire frío, procedente del Polo Norte y en capas altas de la atmósfera, que se desplaza hasta la península. La masa de aire frío se topa con las corrientes cálidas del Mediterráneo y la diferencia de las temperaturas provoca lluvias torrenciales que descargan grandes cantidades de agua o de pedrisco en apenas minutos. 

Dicen los expertos que el nuevo término para denominar el fenómeno –Depresión Aislada de Niveles Altos (DANA)– es más atinado que el de gota fría, pero lejos de acertar con la nomenclatura lo realmente importante es que no solo ha venido para quedarse sino que se está convirtiendo en habitual. De hecho, la última DANA –la que se produjo entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre– ha provocado tantos daños que aún es imposible cuantificar las pérdidas materiales que causó. 

Lo más preocupante es que el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (Snczi) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico determina que en la provincia hay siete localizaciones susceptibles de inundarse y comportar ‘Riesgo para la población’.

En Cuenca capital. La principal zona de riesgo, según Transición Ecológica, se localiza en la capital conquense. La confluencia de los ríos Moscas y Huécar en el Júcar provocaría que cualquier crecida del cauce anegara varias barriadas de la capital y afectaría a la población. Las zonas marcadas en rojo se sitúan en el Paseo del Huécar, Puerta Valencia, Tintes y el Parque del Húecar. Un aumento del caudal también perjudicaría al Paseo del Júcar y a la Avenida de los Alfares, pero tendría mayor riesgo en el espacio que ocupa actualmente el mercadillo, los edificios de la calle Juan Martino, el Hospital Recoletas, el camino de la Resinera y el barrio del Cerro de la Horca. Precisamente, la Confederación Hidrográfica del Júcar ha llevado a cabo recientemente una actuación de limpieza y acondicionamiento, en la desembocadura del Moscas en el Júcar, que trata de mitigar el riesgo de crecida. Las obras finalizan este otoño.  

En la propia Confederación del Júcar también existe una zona potencial de riesgo para la población en el río Valdemembra y desde la localidad de El Peral hasta el límite con Albacete. La crecida del río podría afectar a las poblaciones de Villanueva de la Jara y Quintanar del Rey. De hecho, históricamente, en esta localidad el río se ha desbordado en varias ocasiones en la parte baja del núcleo urbano.  

En el norte de la provincia y en lo que tiene que ver con la Confederación Hidrográfica del Tajo, los mapas de peligrosidad del segundo ciclo –2018– reflejan que Albalate de las Nogueras y Priego podrían también sufrir las consecuencias de producirse anegaciones. En la primera localidad, el riesgo se produce en las confluencias del río Trabaque y del río Albalate. En el caso de la localidad pricense, los efectos podrían ser peores, puesto que el Barranco del Corzo y la Acequia Cañadillas confluyen al norte de la población y atraviesan su subsuelo. 

En dicha Confederación, el desbordamiento del Tajo en el límite de la provincia con la comunidad madrileña pondría en jaque a las urbanizaciones de El Soto, El Cuartillejo y Algarga, y el Arroyo Salado causaría probables daños en la urbanización de El Ballestar.

La última de las zonas inundables susceptibles de causar daños a la población se localiza en la Confederación Hidrográfica del Guadiana y, concretamente, en el límite de la provincia con Ciudad Real. Se trata del río Záncara, en los límites con los municipios de Las Mesas y Mota del Cuervo. En este espacio eminentemente agrícola existen casas de labor, bodegas, bares y ermitas que quedarían anegadas si el cauce aumentase notablemente. 

En estudio. En la actualidad, hasta 50 tramos de ríos, arroyos y cañadas de la provincia se mantienen en estudio por el Ministerio para cuantificar las consecuencias adversas que podría provocar una crecida de los cauces, la consecuente inundación y el riesgo que sufrirían las poblaciones cercanas.  

Además de las zonas inundables con riesgo, el análisis de los cauces y su influencia sobre la población incluye a localidades como Motilla del Palancar y la zona de la Avenida del Riato. También se suman al estudio la Cañada de la Encina y del Arroyo de los Rubíes de Iniesta; el Júcar a su paso por localidades como Tragacete, Villalba de la Sierra o El Picazo; el río Cuervo en su confluencia con el Guadiela, en Puente de Vadillos; o el río Algarra que recorre Santo Domingo de Moya, Los Huertos y pasa por Landete, entre otros.