Radiante Domingo de Resurrección

Redacción
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La Procesión del Encuentro, en la que María del Amparo vuelve a ver a su Hijo tras su Resurrección, firma un brillante epílogo de la Semana Santa conquense

Radiante Domingo de Resurrección - Foto: Álex M. Simón

La mañana más importante para los cristianos amaneció radiante en Cuenca. Acompañó el tiempo en este Domingo de Resurrección, brillante epílogo a una Semana Santa que se recordará durante años en la capital. Pedía el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, que Cuenca viviera "la mejor Semana Santa de su Historia" tras los dos años de parón por la pandemia. Y si no se ha conseguido, que todo hace indicar que sí, se ha quedado muy cerca. 

Unos minutos después de las 10 de la mañana, y desde la antigua iglesia de San Andrés, dio comienzo el último de los desfiles procesionales de estos días, con el foco puesto en los pasos procesionales de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado y Nuestras Señora del Amparo, ambos de la misma hermandad. Una salida conjunta que pronto dividió sus recorridos: el paso del Resucitado, acompañado de los guiones y estandartes de las hermandades que procesionan con Cristos y de la Banda de la Junta de Cofradías que, como toda la semana, abrió brillantemente el cortejo, desfiló por las calles de San Juan y Calderón de la Barca, mientras que el de la Virgen, aún enlutada por la muerta de su Hijo y arropada en su tristeza por los guiones y estandartes de las hermandades marianas y la Banda Municipal de Música de Cuenca, llegó al lugar del encuentro por las calles de Solera, Alonso de Ojeda, Tintes y del Agua.

En la plaza de la Constitución se desató la alegría con el Encuentro entre Madre e Hijo. Fuera el luto para quien ha recuperado a lo más importante de su vida. Así, luciendo ya un precioso manto verde esperanza y oro, las palomas preparadas para la ocasión volaron hacia el cielo, mientras los banceros celebraban el Encuentro bailando los pasos, a los sones del Himno nacional, para algarabía del numeroso público asistente. 

Son sus caminos ya unidos, el desfile procesional prosiguió hacia la parte antigua de la ciudad, no sin antes recordar a los nazarenos fallecidos precisamente en el Monumento al Nazareno. Un sencillo pero emotivo acto, más aún tras los dos años de pandemia. Una gran cantidad de fieles acompañaron al cortejo en su regreso hasta la antigua iglesia de San Andrés, donde se puso fin a una brillante Procesión del Encuentro.