Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Dos minutos de música más y una milonga

25/11/2021

Una de las ventajas que te ofrece pasar buena parte de tu tiempo libre viajando entre dos puntos cualesquiera es la posibilidad de ejercitar la sana reflexión y la memoria. La vida me regala, quizá con excesiva continuidad, esa oportunidad para devorar kilómetros mientras que recuerdo cosas que han sucedido o recapacito sobre aquello que debería haber ocurrido como el último concierto al que he asistido. Durante la ejecución del mismo, la pianista había conseguido transportarnos a través de diferentes paletas sonoras a esa colección de mundos que habitan en uno mismo, consiguiendo una especial conexión entre artista y auditorio. A la interpretación de la última obra, le siguió el acostumbrado bis, y otro más y otro…hasta que la pianista se volvió al público y nos pidió poder regalarnos dos minutos de música más, tal era el deseo que tenía de compartir con nosotros su arte.  Pensé entonces sobre la injusticia con la que se trata al mundo de la música en general y, en especial, al de la clásica. Asignatura escolar que ve cómo cada reforma educativa recorta su tiempo en beneficio de otras que son las importantes, obviando que, cuando vinieron mal dadas, nos desgañitamos cantando el resistiré. Y eso, aunque parezca mentira, también era música. Mil y unas milongas nos han contado desde siempre para guardarla en el cajón de las marías (junto a la educación física y la religión, claro). Pero para milongas que forman parte del patrimonio histórico de esta ciudad hay que recordar las múltiples ocasiones que nos han asegurado que, ahora sí, las autovías a Teruel y Albacete eran de inauguración inminente. Quizá es que esta vorágine conductora en la que me veo inmerso me ha hecho recapacitar sobre las vías de comunicación de nuestra capital, no encontrando razón a por qué, casi concluyendo el primer cuarto del siglo XXI, tenemos que hacer más tramo en carretera nacional que en autovía para llegar a Albacete. Y ya no vamos a hablar del infame viaje hasta la capital turolense. Desconozco si hay cantidad consignada, presupuestada o gastada, si se recoge actuación alguna en presupuestos regionales o nacionales, si se tiene voluntad o hemos convertido este tema de las autovías en una excusa para poner en práctica el tan español "y tú más" que sufrimos los gobernados y ponen en práctica los gobernantes. Lo que sí sé es que somos los usuarios los que sufrimos las incomodidades generadas por la ausencia de estas autovías que, sin lugar a dudas, facilitarían y mucho el desarrollo socioeconómico y demográfico de la ciudad. Estamos a poco más de año y medio para los nuevos comicios municipales y regionales, mucho me temo que en los próximos meses seremos bombardeados con amplias referencias a los logros obtenidos, a los errores enmendados y a los proyectos que, por fin, se van a realizar entre los que seguro que estarán las dichosas autovías. Vamos que nos dirán aquello de dos proyectos más, aunque yo me quedo con aquella tarde en que me regalaron dos minutos de música más.