La iglesia de los Franciscanos de San Clemente luce renovada

V.M.
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El obispo de la Diócesis, José María Yanguas Sanz, oficiará una misa en el templo el próximo domingo, a las seis de la tarde, después de haber concluido las obras de restauración de la cubierta, fachada y partes del interior

La cubierta del templo se ha restaurado por completo. - Foto: Obispado

La actuación en la iglesia del Convento de Padres Franciscanos de San Clemente, cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XVI, han permitido recuperar un templo que podrá ser destinado a diversos fines de tipo cultural y expositivo a partir de ahora, una vez concluyeron las obras en cubierta y muros exteriores. 

La iglesia de Nuestra Señora de Gracia ha podido ser rehabilitada gracias al convenio de colaboración suscrito entre el Obispado de Cuenca y la Diputación, que ha colaborado también en el proceso de restauración, cuyo montante económico rondó los 450.000 euros (sufragados en su gran mayoría por la Diócesis),  lo que ha evitado la ruina de este emblemático templo sanclementino. También el Ayuntamiento ha colaborado en el arreglo, limpieza y mejora de los accesos, tanto en la puerta principal como en algunas rejas.

De hecho el obispo de la Diócesis, José María Yanguas Sanz, oficiará el próximo domingo, a las 18 horas, una misa en este templo ya restaurado, aunque éste no será destinado habitualmente al culto, sino que tendrá otras finalidades, tal y como desvelan a este diario la edil de Patrimonio, Elena Medina, y el párroco, Alberto García. La nave central podrá acoger conciertos y distintas ceremonias y las capillas laterales albergarán de momento una muestra de los mantos de la Virgen de Rus, Patrona de la población e incluso está previsto que pueda albergar el Museo de la Romería.

Por su parte, Esteban Saralegui, arquitecto de la Diócesis, desveló a La Tribuna que la intervención en el templo se centró sobre todo en la cubierta de la iglesia, que estaba destrozada y llevaba tiempo sufriendo constantes filtraciones. «Se ha recuperado prácticamente la totalidad de la estructura de madera de esa cubierta, aunque hubo partes que debieron sustituirse por otras estructuras, se ha repasado toda la zona de los aleros y se rejuntaron elementos de las fachadas, excepto la que da hacia el Convento, pendiente de restauración», apuntó.

Saralegui recuerda que esta iglesia renacentista «es de planta de cruz latina, con una nave y capillas laterales con sus propias cubriciones a base de bóvedas de aristas,  además contiene alguna bóveda singular ornamentada, rosetones, una cúpula en  el crucero y un singular ábside poligonal». En el interior la actuación ha sido mínima, excepto un tratamiento al suelo para hacerla más practicable, la limpieza  y barnizado del pavimento, así como la realización de dos escaleras, una de obra que da al Coro y otra metálica de caracol para acceder al Camarín de la Virgen.

El arquitecto del Obispado apunta además que «en este templo de imponentes proporciones se descubrieron también en su día, a través de unas catas, pinturas detrás del revoco actual, pero eso será objeto de futuras actuaciones para analizarlas más en detalle».

Finalmente, cabe recordar que la iglesia es colindante con el Convento abandonado de los Franciscanos, concretamente está orientada al claustro central del mismo, y ese edificio monacal está todavía pendiente de restauración, una actuación que tiene prevista llevar a cabo la Diputación de Cuenca, con un coste estimado de dos millones de euros, y que propiciará que el Convento se incluya en la red provincial de hospederías que conformarán también el Colegio de Jesuitas de Huete, el complejo del Salto de Uña, el balneario de Yémeda y la antigua iglesia de la Trinidad de Moya.