«Lo más complejo es alcanzar la excelencia en el escenario»

V.M.
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Marta Poveda protagoniza junto a Aitana Sánchez-Gijón 'Malvivir', una obra que se aproxima al mundo de la picaresca del Siglo de Oro que podrá verse este jueves en el Teatro Auditorio de Cuenca

Marta Poveda (izquierda), junto a Aitana Sánchez-Gijón. - Foto: Ay Teatro

El Teatro Auditorio José Luis Perales acoge hoy (20,30 horas) un singular acercamiento al mundo de la picaresca del Siglo de Oro a través del montaje Malvivir, con dramaturgia de Álvaro Tato y dirección de Yayo Cáceres, que protagonizan Aitana Sánchez-Gijón y Marta Poveda. La Tribuna de Cuenca habló con esta última de las peculiaridades de la obra, con la que llevan de gira desde el pasado mes de noviembre.

Esta adaptación de Álvaro Tato toma elementos de distintas obras, ¿supone todo un compendio del género picaresco?

Sí, es una adaptación de varios textos que se inspiran en las mujeres de la picaresca, como La hija de Celestina, de Alonso Jerónimo de Salas, La pícara Justina, de Francisco López Úbeda o el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Álvaro ha construido un solo personaje a partir de varias de ellas: la obra recorre la trayectoria de la pícara Elena de Paz, rodeada por los personajes que van aconteciendo en su vida, que vamos haciendo Aitana y yo, al igual que nos repartimos el personaje protagonista. En mi caso doy vida a Elena desde su infancia hasta la mitad de su vida, mientras que Aitana encarna la etapa de madurez.

¿Cómo transcurre esa sucesiva interactuación sobre las tablas?

Bien, cuando una hace de Elena, la otra hace el resto de personajes que aparecen en la función. Es una dramaturgia bastante especial y afrontar y compartir las dos todos los personajes es un bonito reto.

Algo que implicará una química especial entre ambas...

Sí, además del mutuo respeto que nos tenemos como intérpretes somos amigas desde hace muchos años, y es la cuarta vez que trabajamos juntas sobre un escenario.

¿Elena de Paz nos aproxima a una época especialmente oscura de la historia de España?

En efecto, es un viaje a los bajos fondos del Siglo de Oro, una mujer a ras del barro: nace pobre, su madre la prostituye, sufre violaciones, palizas… y debe ir defendiéndose de todos esos ataques para salir a flote, buscando un lugar en el mundo donde sobrevivir. A pesar de todo es una mujer que no renuncia a encontrar la felicidad. Una de las cosas más interesantes del personaje es ese dilema ético: hasta qué punto la supervivencia justifica cualquier acto.

¿Una de las claves del éxito de la obra es dotar de modernidad al propio desarrollo dramático?

Claro, la realidad es que el ser humano no aprende y sigue teniendo las mismas bajezas, como es muy patente en estas fechas, sus miserias continúan siendo muy parecidas a las de hace cuatro siglos, no es muy difícil contemporaneizar la obra.

¿Cómo es la puesta en escena?

Es sencilla: tiene unas luces sugerentes y cuatro estructuras básicas que se convierten en todos los escenario posibles que atraviesa Elena, con un juego para teatralizarlo todo y donde se apela a la imaginación del espectador. El vestuario es también esencial, Tati de Sarabia ha hecho cosas diferentes, con bellas texturas y colores muy específicos.

En su trayectoria ha interpretado con frecuencia a autores clásicos, ¿le interesan mucho por esa modernidad de la que hablaba?

Sí, porque me parece que de alguna manera aúnan todas las grandezas y bajezas del ser humano y además desde un lenguaje maravilloso.

¿Le molesta que buena parte del público la conozca sólo por su trabajo en televisión?

No, porque el que acude al teatro lo valora adecuadamente. No se puede pretender que todo el mundo vaya al teatro, son disciplinas distintas y todo el mundo tiene derecho a elegir la que más le guste, aunque sí reconozco que para mí, como actriz, lo más complejo es alcanzar la excelencia encima de un escenario.

¿Tiene proyectos para trabajar de nuevo en la pequeña pantalla?

Ahora compagino la gira con mi incorporación a unas serie de TVE, Servir y proteger, con un personaje precioso, y además estoy rodando otra serie para una plataforma en Barcelona de la que no puede revelar nada.

¿Por qué se prodiga poco en el cine?

No he tenido muchas oportunidades. No sabría cómo contestarte a eso, a veces los actores somos también víctimas del prejuicio y pueden llegar a encasillarte. Desde luego no es por falta de deseo, simplemente procuro vivir el presente y trabajar por conseguir nuevos proyectos.