Las agencias de viajes despachan un verano «apoteósico»

Leo Cortijo
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Los agentes de viajes, una de las profesiones más golpeadas por la pandemia, recuperan las cifras de negocio de 2019 gracias a una temporada estival con una demanda «altísima» a pesar del incremento de los precios.

Un cliente pide presupuesto para un viaje en una de las principales agencias de la ciudad. - Foto: Reyes Martínez

«Durante dos años hemos ido en un coche a pedales y de repente nos hemos subido en un Fórmula Uno para ponernos a 200». Con esta frase tan explícita y sintomática resume de manera perfecta la temporada de verano la gerente de Nautalia en Cuenca, Ana Rubio. Ella, como responsable de una de las principales agencias de viajes de la ciudad, califica la campaña estival como «apoteósica», y es que «la gente ha salido en masa y se ha vendido muchísimo». Unos halagüeños postulados que corrobora otra de las agencias punteras en territorio conquense, Viajes Ecuador, en boca de su dueña, Mónica Abanades: «Estamos muy contentas». 

Esto lleva a ambas empresarias a defender que el sector ha retornado a las cifras de negocio que se vivieron en el verano previo a la pandemia, allá por 2019, justo antes del estallido vírico que puso al sector contra la espada y la pared. Después de todo lo vivido, respiran más aliviadas y miran al futuro con mayor «optimismo e ilusión». 

Para Ana, esta meteórica recuperación se sustenta en varios pilares clave. El primero y fundamental, recalca, es que «el cliente ha perdido el miedo a viajar». Ahora el conquense no se preocupa si en el país de destino hay más o menos casos de Covid, sino los requisitos que se le solicitan para viajar hasta allí. Por otro lado, han emergido con fuerza los viajes-celebración pendientes que no se hicieron por culpa de la pandemia. «La luna de miel de los recién casados, la excursión familiar, el regalo de comunión a Disneyland...», apunta esta experta como principales ejemplos. Y, como telón de fondo de todo esto, las «ganas por vivir» de muchísima gente y que «durante estos dos años hayamos ahorrado».

Tanto es así que a pesar de que los precios se hayan encarecido una «barbaridad» en el último año, la demanda ha sido la misma. Es cierto, apunta Ana, que la gente «se lo ha pensado algo más», y que acortaban algunos días las estancias o que «si Mallorca le costaba 200 y Tenerife 100, por ejemplo, se iban a Tenerife…, pero bajo ningún concepto se quedaban sin salir». Este sector, como cualquier otro, ha tenido que capear con el temporal de los precios disparatados y más teniendo en cuenta que en éste confluyen una gran parte de las fuentes de energía que sufren los vaivenes de la inflación.

En este contexto, no solo se ha apostado por el turismo nacional, con las costas y los circuitos culturales como punta lanza, sino también por el mercado internacional. «Se ha hecho mucha Europa, Asia, safaris y cruceros», remata Ana. Su compañera Mónica ahonda en esta línea y recuerda que el único freno en muchas ocasiones ha sido que algunos países, «hasta hace nada de tiempo», mantenían vigentes algunas de las restricciones de movilidad propias de la pandemia. Una vez subsanada esa circunstancia y conforme se abrían fronteras, los conquenses han viajado al extranjero prácticamente al mismo nivel que lo hacían antes de conocer a ese indeseable invitado llamado coronavirus. 

Lo que está por venir. ¿Y ahora qué? He ahí la pregunta del millón. La máxima responsable de Nautalia en la ciudad comenta que aunque «no va a ser una etapa fácil, tampoco creo que vayamos estar de brazos cruzados o que esto suponga un frenazo hasta Seman Santa». De hecho, y recalcando que es su opinión personal, lejos de lo que vaticinan muchos expertos y economistas, sus sensaciones son que «va a haber mucha venta anticipada» y que viajeros que han «cogido carrerilla» este año prolongarán esa tendencia el que viene. Ese pálpito deriva de una necesidad generalizada de «vivir y disfrutar la vida», y es que «la pandemia nos ha tocado a todos de forma directa o indirecta y muchos hemos sacado esa lección». No en vano, Ana tiene varios clientes que ya han solicitado información para hacer viajes en Navidad y primavera. Lo mismo le sucede a Mónica en Viajes Ecuador, empezando, dice, por el puente de diciembre porque «la gente ya está preguntando para volverse a ir».

Viajes del Imserso. Las agencias se afanan estos días por dar respuesta a la «alta» demanda de viajes del Imserso. En este capítulo, mollar para este sector, el número de peticiones recuerda mucho al que había antes de la pandemia. Aunque el número de viajeros que aprovechando la ocasión quieren viajar a las islas o realizar circuitos culturales es muy elevando, la oferta es «menor» que de costumbre. Muchos hoteles no han ofertado porque con esos precios no cubren gastos.