«O se gana el reto, o desaparecemos como especie»

Leo Cortijo
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Portavoz de 'Fridays For Future' Cuenca

«O se gana el reto, o desaparecemos como especie» - Foto: Reyes Martí­nez

Desde la delegación conquense de Fridays For Future tienen muy claro que la humanidad se enfrenta a un reto. El «más importante» al que se ha medido jamás. Uno de sus portavoces, Ignacio Ramis, advierte que «o se gana, o desapareceremos como especie en las próximas generaciones». Es tajante, directo y claro. Este movimiento, que huye de los personalismos y basa su fuerza en la unión conjunta del grupo, suma su granito de arena para dar notoriedad a una realidad «muy dura». Y lo hace siempre, en su día a día; no solo ahora, cuando Madrid acoge la Cumbre del Clima.

¿Cómo trabaja y qué acciones concretas lleva a cabo Fridays For Future en Cuenca? ¿Cuáles son las principales áreas de trabajo?

El movimiento Fridays For Future es de carácter mundial. Su principal objetivo es impulsar acciones concretas para la protección del medio ambiente y la reducción de los gases de efecto invernadero. Para ello trabaja visibilizando el problema de la crisis climática. En Cuenca realizamos concentraciones los viernes a las seis de la tarde en el cruce de Carretería con Sánchez Vera. Todas las personas de Cuenca están invitadas a nuestras concentraciones para pedir a los gobiernos locales un cambio en las políticas de ecología de la región.

¿Cuál es la postura del movimiento ante la Cumbre del Clima que se está celebrando ahora en Madrid y qué esperan de la misma?

La responsabilidad de controlar las emisiones en Cuenca es el objetivo principal de nuestra región. A nivel global esperamos que los gobiernos empiecen a realizar acciones que verdaderamente frenen las emisiones de gases de efecto invernadero. Desgraciadamente en 2018 hemos vuelto a marcar un máximo en las emisiones mundiales. España es el país de la Unión Europea que en términos netos más emisiones ha producido desde 1995.

Vuelvo a insistir en esta misma línea. ¿En realidad ayuda en algo esta Cumbre para frenar el cambio climático o, por el contrario, es pura fachada y no aporta nada?

Todos los espacios de diálogo son elementos necesarios a la hora de tratar problemas. La COP25 (Conferencia de las Partes) es el espacio en el que se entabla el diálogo sobre la crisis climática. Quizás no es perfecto, pero es el único espacio internacional con estos fines del que se dispone por el momento. Otra cosa es que los líderes mundiales no estén dando la talla frente al enorme problema que tenemos encima. 

Dentro de todos los aspectos que se vayan a tratar, ¿cuál cree que son los principales temas que no se pueden dejar de lado en esta Cumbre del Clima?

La crisis climática no es únicamente una cuestión de lluvias y temperaturas. La magnitud del problema abarca todos los ámbitos de la especie humana: ecología, migración, industria, alimentación, educación, tecnología, psicología, etc. Necesitamos atacar el problema desde todos los ángulos posibles. Es el reto más importante al que se ha enfrentado la humanidad en su historia. O se gana, o desapareceremos como especie en las próximas generaciones. 

¿Hemos llegado a un punto de no retorno en relación al cambio climático? Es decir, ¿hay una forma real y efectiva de parar esto o es un problema ya irreversible?

El punto de no retorno es el momento en el que el daño en los ecosistemas que sustentan la vida en la tierra es tal que colapsan en cadena. No sabemos si se ha pasado o no este punto, pero posiblemente estemos muy cerca de sobrepasarlo. De todas formas, no es el sitio al que hay que mirar. Nuestro objetivo debe de ser activar la emergencia climática y trabajar todo lo duramente que se pueda para posibilitar que nuestras hijas puedan vivir en nuestro planeta. Para ello necesitamos una mayor intervención de la clase política, que está continuamente mirando hacia otro lado. 

En esa lucha contra el cambio climático, ¿qué papel juegan los ciudadanos y qué papel la clase política que los gobierna? ¿Sobre quién pesa más el peso de la responsabilidad en este caso?

Centrémonos en Cuenca. El objetivo de nuestra ciudad es dejar de producir gases de efecto invernadero cuanto antes y restablecer los ecosistemas locales. La Alcaldía no ha realizado ninguna acción cualitativa que reduzca las emisiones de la ciudad desde que entró en funciones. Ahora, con motivo de la COP25 presenta un programa cultural con el que pide a la ciudad que se una en la lucha contra el cambio climático. ¡Un programa de este tipo no cambia en nada las emisiones de la ciudad! Plantamos tres árboles y cada uno que vuelva a su torre de marfil… Su programa para la COP25 es contraproducente, sólo sirve para limpiar la moral por un día y después olvidar de nuevo el problema. Es una forma de negacionismo pasivo.

¿No hay un cierto grado de hipocresía en algunos mandatarios que acuden a la Cumbre cuando nunca o casi nunca han hecho nada para frenar la huella del ser humano en la Tierra?

Sí, y esto pasa también a nivel local. Cuenca y Castilla-La Mancha aparecen en todos los mapas de predicciones del IPCC (Panel Internacional de Expertos de Cambio Climático) como una de las zonas que será más afectada a nivel mundial en cuestiones de sequía y temperatura. La Junta declaró hace unos meses la emergencia climática, pero paralelamente sus planes de fomento de 2018 subvencionan la creación de más macrogranjas, que tienen un impacto enorme en las emisiones. En los mismos planes se plantea la creación de autopistas entre Cuenca y Teruel, y Albacete y Cuenca. Para declarar la emergencia climática, el consejero de medio ambiente ni siquiera se reunió con los principales colectivos ecologistas de la región ¿A qué están jugando? El futuro de nuestros hijos está sobre la mesa. 

Aunque peor podría ser: no hay más que pensar en aquellos países, que por cierto son los que más contaminan, y que directamente no han ido a la Cumbre. Algunos, incluso, se niegan a creer en el cambio climático. Véase los casos de Bolsonaro o Trump, por ejemplo…?

Sí, es cierto. Pero nos importa más el negacionismo pasivo que hemos mencionado antes. Con Trump y Bolsonaro la única esperanza reside en que se vayan. Pero la responsabilidad política de Cuenca está en manos de las políticas de la Junta y la Alcaldía. ¿Por qué a día de hoy no existe una normativa para limitar el uso del automóvil en las ciudades? Ceder un carril a las bicicletas en Cuenca sólo cuesta la pintura y la señalización. ¿Por qué se sigue permitiendo que los supermercados traigan todo envuelto en plásticos. Cuando el problema es de tal calibre, no actuar de forma contundente y mirar hacia otro lado es también negacionismo. El Gobierno local tiene que ser consciente de que con su política de dos caras está haciendo de la Declaración de Emergencia Climática papel mojado. El tiempo de las palabras se nos ha acabado, ahora necesitamos acciones para salvar el planeta.

¿Qué hay de cierto o a qué cree que responden esas teorías negacionistas a las que se sujetan algunos para negar la evidencia del cambio climático?

Al fracaso de nuestro sistema educativo durante las últimas décadas. Sólo hace falta ver que en las escuelas e institutos la ecología sigue siendo un tema absolutamente marginal. Es importante conocer los ríos de España pero no se le ha dado importancia a saber por qué se están secando. ¿Se ha fijado en el Huécar? El Júcar lleva el mismo camino. Habría que preguntarse por qué no interesa educar a nuestros niños en ecología.

¿Cambiar el paradigma económico por el que se rige medio mundo, el capitalismo, es imprescindible en la lucha contra el cambio climático?

Hay una ecuación clara en la crisis climática: consumo es igual a emisiones. Nuestro sistema, en los países ricos, está basado en poder consumir lo que se quiera y cuando se quiera. Eso el planeta no lo soporta. Tenemos que elegir o una vida basada en el consumo o nuestras hijas.

En el otro extremo de la balanza, ¿entiende y comparte las ideas de Greta Thunberg o cree que, como algunos dicen, es una marioneta que terminará por ser un ‘juguete roto’? Es más, ¿hasta qué punto es importante que una niña protagonice un movimiento como éste?

No hay una única Greta Thunberg. Cada persona que lucha contra el cambio climático se enfrenta a una crisis personal. El adormecimiento de la población respecto al problema se basa en no querer reconocer una realidad muy dura. Cada persona que acepta la realidad asume vivir con ella. En el ámbito de la psicología ya está reconocido como un síndrome la depresión que sufren algunas personas que aceptan la realidad de la crisis climática. Es parte de la dimensión psicológica del problema. La solución está en realizar acciones que sean verdaderamente eficientes en la lucha por el clima. 

En este sentido, ¿cree que la sociedad, y especialmente la juventud –que serán los habitantes de la Tierra del mañana– están concienciados de lo que está en juego? Aquí en Cuenca, en concreto, ¿qué importancia tiene el movimiento, es fuerte o todavía es residual?

En nuestra capital el movimiento va creciendo poco a poco, pero necesitamos del apoyo de las instituciones para poder realizar cambios cualitativos. Son éstas las que deben de proporcionar a las personas un marco plausible para una transición ecológica de emergencia. Desde Fridays For Future Cuenca aprovechamos para recordarle al alcalde que le hemos pedido que se reúna con nosotras en varias ocasiones. El tiempo para reaccionar se nos está acabando.