La provincia perdió 364 habitantes en 2021 y baja de 195.200

V.M.
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La sangría demográfica se sucede año tras año y a 1 de enero de 2022 Cuenca había visto reducido su población un 10,5% durante la última década, como refleja la revisión del Padrón realizada por el INE

Las estadísticas señalan, además de la pérdida de habitantes que sufre la provincia, el fuerte envejecimiento de la población. - Foto: Reyes Martínez

La revisión del Padrón Municipal continuo a 1 de enero de 2022 publicada por el Instituto Nacional de Estadística confirma que la provincia de Cuenca sigue perdiendo población año tras año y es un claro ejemplo de lo que hoy viene en denominarse «la España vaciada». Los datos reflejan que la pérdida de residentes ha provocado una sangría poblacional constante durante la última década, así los 195.152 habitantes contabilizados a principios de año suponen una pérdida del 10,5% respecto al censo de 2012, cuando se registraron 218.036.

En relación al año pasado la provincia perdió 363 habitantes (un 0,19%), lo que ralentiza algo esa despoblación, ya que en 2021 la pérdida fue mucho mayor, concretamente de 623 pobladores (el 0,32% de los residentes), y a 1 de enero de 2021 la población llegaba a los 195.516 ciudadanos. 

El pasado año confirma esa lenta sangría demográfica que amenaza el futuro de la provincia y por extensión de buena parte de la comunidad de Castilla-La Mancha, aunque a nivel regional la población experimentó un incremento superior a los 118.500 habitantes durante esos 12 meses, pasando de 2.049.562 a los 2.168.116 actuales (un 5,7% más).

En total, la provincia de Cuenca ha perdido durante los últimos 10 años 22.884  habitantes, siendo especialmente significativos los descensos registrados entre 2012 y 2014 (más de 10.500), hasta llegar a 2017, el primer año en que la población de la provincia se sitúo por debajo de los 200.000 habitantes. 

El análisis del Padrón Municipal a 1 de enero refleja en la distribución por sexos que el número de varones es superior ligeramente al de mujeres en 850, de tal forma que los primeros sumaban 98.001 y las féminas 97.151 en la provincia, mientras que en el caso de la capital se daba el caso justamente opuesto.

Especialmente revelador es comprobar la distribución de la población en función del tamaño de los municipios, donde nuevamente se evidencia la atomización demográfica conquense, así de los 238 municipios de la provincia 78 tienen menos de un centenar de habitantes (uno más que el año anterior); 105 suman entre 101 y 500 pobladores (uno menos); 23 tienen un censo entre los 500 y los 1.000 habitantes; 17 se sitúan entres los 1.000 y los 2.000; ocho entre los 2.000 y los 5.000; cinco entre 5.000 y 10.000;  mientras que sólo dos tienen censados más de esa cantidad, Tarancón, con más de 15.500, y la capital con algo menos de 54.000.

Los datos son concluyentes y hablan de que 183 municipios, el 76,8% del total de los ayuntamientos, tienen un censo por debajo de los 500 habitantes y de estos más del 32% no llegan al centenar, mientras que la capital concentra a más del 27% de la población de la provincia y la mayor parte de los habitantes se concentran en municipios de entre 5.000 y 10.000 vecinos (16,9%).

La pirámide de población de la provincia refleja, además, el fuerte envejecimiento demográfico que atraviesa, ya que si sumamos el segmento comprendido entre los 45 y 64 años (59.626) y el de más de 65 (45.234) la cifra asciende a cerca de 105.000 personas, el 53,7% del total provincia, por contra los jóvenes sólo representaban el 12,9% (25.231), porcentajes que hablan por sí solos de la avanzada edad de la población conquense.  

PORCENTAJE DE EXTRANJEROS.   Finalmente, las cifras del Padrón continuo revelan que la población extranjera experimentó en cambio un ligero aumento durante el 2021, ya que a principios de este mismo año sumaba 22.681 ciudadanos, un 1,5 por ciento más en variación positiva anual, cuando se contabilizaban 22.327, llegando al 11,6% del total. 

Respecto la a procedencia de los mismos, es abrumadora la de los ciudadanos venidos de países de la Unión Europea, concretamente el 45,5% (10.320) que llega al 50% si sumamos los del resto de países no comunitarios. Por detrás se sitúan los 5.566 procedentes de África (24,5%), 4.849 de América (21,3%) y los poco más de 840 procedentes de Asia (apenas el 3,7 por ciento del total).