Editorial

García-Page pone coherencia ante las negociaciones con separatistas

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Las negociaciones políticas para formar Gobierno copan la actualidad del país. Después del acuerdo fraternal escenificado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, a los socialistas les faltan más apoyos para acudir a una investidura con garantías de éxito. Los frentes están en este momento abiertos. De esta forma, la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Adriana Lastra, ya mantuvo un primer contacto con Aitor Esteban, del PNV, e Íñigo Errejón, de Más País, así como con representantes de ERC. El PSOEnecesita el apoyo tanto de vascos como de la escisión de Unidas Podemos, y una hipotética abstención de los independentistas catalanes, pero éstos ponen condiciones que los socialistas, de momento, se niegan a aceptar.

En este punto, uno de los barones regionales del PSOE, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, entró en el ruedo político nacional con sus declaraciones al periódico El Mundo. El líder autonómico es el primero que pidió cordura a su secretario general a la hora de negociar los pactos de Gobierno. «Me remito a lo que en los últimos meses ha defendido todo el PSOE, desde Pedro Sánchez a Miquel Iceta; el Gobierno de España no puede depender de los independentistas», aseguró, para después especificar que «es muy evidente, pero quizás hay que recordar, que la Constitución no admite ni trocear la soberanía nacional, ni cuestionar la unidad de España, ni el derecho de autodeterminación, ni facultar a una parte del país a realizar referéndums sobre cuestiones que nos afectan a todos y son competencia exclusiva del Estado ni a establecer, de manera permanente, una relación de bilateralidad, de igual a igual, entre el Gobierno de la nación y una parte de la nación».

La postura de García-Page es clara y tajante y es compartida por una parte del PSOE que nunca comulgó con las prebendas a los independentistas, lo que provocó que, en muchas ocasiones, el discurso nacional del partido sea muy diferente al que se pronuncia en las distintas regiones. Pedro Sánchez debe ser consciente de lo que le reclaman desde Toledo, Mérida o Sevilla, feudos territoriales socialistas, para afrontar las negociaciones con las líneas rojas bien definidas. García-Page las expuso en sus declaraciones y son compartidas por la mayoría de los ciudadanos que no entienden cómo un Gobierno de la nación se deba sentar a negociar con el de una región, cuyos cargos, independentistas, prometieron cumplir y hacer cumplir la Constitución, documento que proporcionó los últimos 40 años de convivencia pacífica y desarrollo de toda España.

Es hora de tener altura de miras y no doblegarse ante los intereses egoístas de los dirigentes de un territorio en detrimento de los del resto de ciudadanos de España.