Marlaska vislumbra una comisaría "moderna y ecosostenible"

Leo Cortijo
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El ministro del Interior visitó las obras de esta nueva infraestructura, que comenzaron hace un mes y cuya finalización está prevista para septiembre del año que viene. El proyecto cuenta con un presupuesto cercano a los 8,5 millones de euros.

Marlaska vislumbra una comisaría "moderna y ecosostenible" - Foto: Reyes Martinez

La nueva comisaría de la Policía Nacional de Cuenca será «moderna, ecosostenible y adaptada a las exigencias de la seguridad de nuestro tiempo». El ministro Fernando Grande-Marlaska visitó las obras de esta nueva infraestructura, que comenzaron hace ya un mes y cuya finalización está prevista para los últimos meses del año que viene. El máximo responsable en el manejo de las riendas de la cartera del Interior explicó que el objetivo del Ministerio es «optimizar» la operatividad de los 147 policías que prestan servicio en Cuenca y, de esta forma, mejorar el servicio público que ofrecen a la ciudadanía conquense, en la búsqueda constante de la «calidad». Así, subrayó que el Ministerio «asume sin complejos la responsabilidad de liderar en su ámbito de actuación los cambios transcendentales que demanda una sociedad moderna como la española».

Un cuerpo de casi 150 agentes que se ha visto incrementado en 33 efectivos desde julio de 2018, lo que se traduce –a juicio del ministro–, en «el aumento del nivel de seguridad que prestáis a la ciudad, pues hacéis un trabajo excelente». No en vano, Cuenca registra 31,5 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, lo que supone 1,4 menos que en el conjunto de Castilla-La Mancha y casi diez puntos por debajo si el foco lo dirigimos al ámbito nacional. «Vuestro esfuerzo y compromiso con la sociedad han colocado a Cuenca como ejemplo de seguridad en el conjunto nacional», remató un Grande-Marlaska que, al mismo tiempo, invitó a estos profesionales a no caer en la «autocomplacencia», ya que «nuestro objetivo es redoblar esfuerzos para reducir todavía más esos guarismos, especialmente en el ámbito de la violencia de género».

Detalles del proyecto. Para que esos 147 policías sean el «alma» de la nueva comisaría, ésta se erigirá en dos edificios ya existentes y a medio construir sobre dos parcelas situadas en la Ronda de San José. Ambos bloques fueron proyectados de forma independiente como sedes sindicales en 2009, pero las obras de construcción se paralizaron en 2010 y sobre sendos esqueletos se ha dejado notar el paso del tiempo. Por esa razón, se llevó a cabo una serie de actuaciones previas a la construcción, como el desmontaje y la retirada de materiales nocivos.

El proyecto, con una inversión cercana a los 8,5 millones de euros (IVA incluido) y en una superficie total de 6.700 metros cuadrados, se resuelve con la mayor sencillez y economía sin perder de vista la «calidad» teniendo en cuenta que se trata de un edificio de uso público, tal y como explicó Mercedes Gallizo, presidenta de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse), encargada de llevar a buen puerto el proyecto. La nueva comisaría, diseñada bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia energética, responderá aprovechando las estructuras existentes a las necesidades operativas y funcionales que una infraestructura de estas características necesita para prestar el «mejor servicio».

Sostenibilidad. La construcción de la nueva comisaría de Cuenca es una de las actuaciones incluidas dentro del Plan de Infraestructuras de Seguridad el Estado, aprobado por el Consejo de Ministros en enero de 2019 y dotado con un presupuesto global de 600 millones de euros. Una de las líneas maestras del proyecto conquense es que logra un edificio con un consumo energético casi nulo gracias al aprovechamiento de la iluminación natural y la instalación de luminarias Led con sensores de ocupación, así como el uso de fuentes de energía renovables óptimas en el emplazamiento, como la solar, la fotovoltaica y la aerotérmica. Además, el futuro edificio contará con sistemas para la reducción del consumo de agua, una adecuada protección y acondicionamiento acústico, y los materiales de construcción se elegirán en función de su huella de carbono y sus posibilidades de reciclaje y reutilización con criterios de economía circular. 

La futura comisaría de Policía Nacional constará de dos volúmenes casi idénticos de tres alturas. La zona de atención al público estará ubicada en la planta baja para facilitar el acceso de los ciudadanos y contará con salas de espera y despachos. Las plantas superiores están destinadas a las distintas brigadas operativas y grupos de trabajo policial, y dispondrán de despachos y salas de formación. En el sótano quedará instalada el área de detención, vestuarios, gimnasio y otras dependencias de uso general, así como el aparcamiento, que podrá albergar furgones, coches y motos y estará dotado de zonas de carga para automóviles eléctricos e híbridos.

Dolz: «Hechos y no palabras». Fernando Grande-Marlaska estuvo acompañado en el acto, entre otros cargos políticos, por el delegado del Gobierno en la región, Francisco Tierraseca; el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro; el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana; y el alcalde Darío Dolz. El regidor aprovechó su turno de palabra para poner los puntos sobre las íes y se mostró tajante al afirmar que el «deseo» de la comisaría viene «desde hace una década» y durante ese tiempo lo que ha ocurrido son «muchas palabras y pocos hechos del PP; y hechos constatables y tangibles del PSOE».

Dolz sacó pecho y afirmó que esta infraestructura viene marcada por la alineación de administraciones, y es que «Cuenca está en la agenda del Gobierno de España y a las pruebas me remito». Puso como ejemplo el Centro de Estudios Penitenciarios, «elemento importante para la reactivación económica» de Cuenca, y es que el año que viene vendrán a la ciudad a formarse unos 2.300 funcionarios de prisiones. Por otro lado, el responsable de manejar los mandos de la nave municipal recalcó que con el nuevo acuartelamiento no solo se mejora el servicio al ciudadano, sino que también se resuelve un «problema urbanístico» en esta ciudad, que «va a transformar su fisionomía».