Los accidentes de tráfico en las carreteras de la provincia han aumentado, pese a los cierres perimetrales entre comunidades y otras limitaciones, un 13% en los primeros cuatro meses de este año sobre ese mismo periodo del 2020 cuando el estado en alarma llevaba más de un mes y medio en vigor.

Por contra, el número de fallecidos en carretera ha bajado en uno al pasar de los cinco que hubo entre el 1 de enero y el 30 de abril del pasado año a cuatro en este 2021, según información facilitada por el jefe provincial de la Dirección General de Tráfico en Cuenca, Jacinto Vicente Manzanero.

Entre enero y abril la DGT tiene contabilizados en esta provincia 465 siniestros de tráfico, muchos de ellos sólo con daños materiales, frente a los 407 del pasado año. Además en 237 casos en el accidente estuvo implicado un animal, 37 más que en 2020.

En lo que son las víctimas, entre los cuatro primeros meses del año se registraron 67 heridos leves, 19 más que en 2020 con 48, así como nueve heridos graves, dos menos que el año pasado con 11, y cuatro fallecidos, como se ha mencionado, uno menos que en el 2020 con cinco muertos.

Además, los cuatro fallecidos eran todos conductores y el motivo del siniestro fue una distracción. El más joven de ellos tenía 19 años y el mayor 68 y sólo uno de los accidentes tuvo lugar en la autovía A-3. El resto fueron en una carretera nacional, en otra autonómica y en otra local.

Finalmente indicar que dentro de esta siniestralidad, todos los accidentes en los que se vio involucrado un motorista fueron leves, y lo mismo pasó con los ciclistas.

«La siniestralidad del pasado año fue aparentemente mejor en estos cuatro meses ya no sólo sobre este 2021 sino también sobre los años anteriores porque, como es conocido, la movilidad se resintió y mucho. Pero si comparamos los fallecidos que hubo con los desplazamientos que se hicieron se puede decir que la carreteras se volvieron mucho más peligrosas. Quizás sea porque se iba más preocupado que lo que puede irse en otros momentos pero igualmente porque quizás se iba más relajado porque prácticamente no te ibas a encontrar a nadie», concluye.