Alma de artista

Leo Cortijo
-

Una prodigiosa voz y talento especial han convertido a Mimona Bustamante en la ganadora del 'talent show' del Festival de Otoño. ¿La veremos algún día tocar la cima en el mundo de la canción?

Alma de artista - Foto: Reyes Martínez

No se lo podía ni imaginar. Cuando se subió al escenario y tomó el micrófono en su mano, entre sus planes no estaba ganar el talent show con el que el Festival de Otoño buscaba algún joven talento entre los conquenses. Mimona se armó de valor, respiró hondo y empezó a cantar como solo ella sabe. A sus 18 primaveras, era la más pequeña de todos los que tomaron parte en el concurso, y el público, que elegía con sus votos la mejor interpretación, no tuvo dudas y la eligió a ella. Reconoce que se puso un poco nerviosa y que incluso en algún momento se le olvidó la letra de la canción, pero ver entre el público a su familia y a sus amigos arropándola le aportó la confianza necesaria para sacar lo mejor de sí misma.

«Todavía me cuesta mucho subirme al escenario», explica con una sonrisa angelical, y viendo lo bien que lo hicieron sus compañeros de espectáculo «no podía ni imaginar» que al final terminaría siendo la estrella que más brillase. «No estoy nada acostumbrada, es cierto que luego me suelto, pero no tengo ninguna experiencia y al resto se les veía supersueltos en el escenario», argumenta para darle importancia a su actuación. Había preparado tres canciones: Con la miel en los labios, de Aitana; Aunque tú no lo sepas, de Enrique Urquijo; y When we were young, de Adele, su cantante favorita. «Me encanta su voz y sus letras», dice Mimona –nombre de origen árabe, por cierto–, a la que le gusta también el pop de James Arthur, por ejemplo.

Desde pequeña ha tenido muy claro que tenía alma de artista. «Siempre he sido muy dicharachera» y no hacía falta que le tocaran las palmas para animarla a cantar. Y no solo eso, de pequeña se sentaba delante del televisor de casa para ver los conciertos de La 1 y los analizaba con un ojo crítico: «Miraba la actuación y, por ejemplo, decía: ¡faltan unas trompetas!», explica entre risas... «Era superexigente», remata. Eso sí, a cantar, lo que se dice cantar, empezó «muy tarde», hace unos tres o cuatro años a lo sumo. Mimona es autodidacta, no tiene ningún tipo de formación musical y reconoce que todo lo hace como un «hobby». Dice con seguridad, y la verdad es que no le falta razón, que así es como mejor salen las cosas.

Esta joven no quiere perder esa esencia porque es lo que le hace «disfrutar». No tiene una rutina de canto ni unos ensayos pautados. Si lo hace es por pura «afición», pues «sin la música no sería nada, me aporta todo lo que me falta». Convertir su pasión por cantar en una especie de hábito obligatorio o deber no le seduce en absoluto, ya que cree que si así fuera «terminaría por aborrecerla y no quiero». 

Mimona tiene muy claro el camino a seguir y ese pasa, por el momento, por terminar sus estudios de Bachillerato, hacer las maletas y poner rumbo a Granada para cursar allí el año que viene el doble grado de Educación y Trabajo Social. Lo que tenga que venir el día de mañana, ya vendrá. Si es que tiene que venir… Lo primero es lo primero. Eso sí, no es descartable que dentro de poco la veamos en algún talent show de televisión. En alguna ocasión ya envió un vídeo para acceder a los casting, pero reconoce que ése «no era todavía su momento». Llegará, como llega todo en la vida. Y entonces derrochará sobre el escenario su alma de artista.