Las graveras son los nuevos humedales

L.G.E.
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Muchos huecos que deja la extracción de arenas y gravas se han ido encharcando y son un buen plan B para la invernada de las aves

Imagen de las las graveras de Albarreal del Tajo, la ‘casa’ para ánades, fochas o garcetas - Foto: Cristina Gómez Escobar

En las últimas semanas han visto cigüeñuelas, garzas imperiales, andarríos, algunos ejemplares de porrón pardo e incluso flamencos. En invierno hay avefrías, gaviotas y grullas. No se trata de los registros de un humedal de los de toda la vida en Castilla-La Mancha como la laguna de Manjavacas, las de Villacañas o Las Tablas de Daimiel. Todas esas especies –y muchas más– se han visto en unas graveras, en las que hay por Albarreal del Tajo, en Toledo. 

No es un caso único. También se están encharcando y naturalizando los huecos de graveras junto al Jarama, en Seseña, en el meandro del Tajo de La Puebla de Montalbán, cerca del Guadarrama en Casarrubios del Monte o pegadas al embalse de Alarcón, en Cuenca. ¿Por qué ocurre? ¿Por qué las graveras se están convirtiendo en un refugio para las aves?

Roberto González, experto en agua y humedales de la organización ornitológica de SEO-Birdlife, explica que las graveras son un uso tradicional de la industria minera, que suele practicarse en las riberas de los ríos donde se puede obtener arena y gravas. Esa extracción deja unos huecos  que  «al estar en zona de depresión de los ríos, llegan al propio nivel freático y hace que esos agujeros se rellenen de agua». Por eso al lado de las graveras es fácil ver charcas y balsas. En cuanto uno de esos huecos se deja de explotar «va entrando vegetación y va habiendo una serie de nichos que son ocupados por diferentes especies, entre ellas las aves». Recalca que son especialmente importante para las acuáticas, que muchas eligen estas zonas para la invernada. Precisamente España es el destino de muchas especies que vienen del centro y norte de Europa.

Graveras encharcadas junto al Jarama, en la frontera con Madrid.Graveras encharcadas junto al Jarama, en la frontera con Madrid. - Foto: Google EarthSe suma que a la par los humedales naturales han ido en retroceso. «Todo ese rosario de humedales naturales han ido desapareciendo, los hemos ido esquilmando», explica González. Apunta que en algunos casos ha sido por sobreexplotación de los acuíferos, que ha hecho que algunos humedales tengan menos superficie encharcada o que dispongan de agua menos tiempo cada año.  

«Lo que está claro es que estos sitios artificiales cumplen un papel fundamental en una época muy difícil para las aves», apunta. Por eso, los ornitólogos también van a 'pajarear' en embalses como el Vicario  o Vega de Jabalón de Ciudad Real, en las antiguas salinas de la zona de Guadalajara y en las proximidades de las depuradoras como las de La Gineta.

¿Y qué hacer cuando una gravera se ha convertido en la casa de muchas aves? González explica que  si hay reproducción de especies amenazas, hay que preservar ese ecosistema. En SEO han llegado a acuerdos con algunas empresas para ayudar a renaturalizar esos espacios y ofrecer varios hábitas para las especies. Si no hubiese interés desde el punto de vista de la biodiversidad, se podrían 'tapar' y dejar como estaban. 

Sus taludes son la salvación para el avión zapador

Más fotos:

Balsa creada en las graveras de Albarreal del Tajo. / google earth
Balsa creada en las graveras de Albarreal del Tajo. / google earth - Foto: Google Earth
Graveras junto al pantano de Alarcón.
Graveras junto al pantano de Alarcón. - Foto: Google Earth
Graveras en un meandro del Tajo cerca de La Puebla de Montalbán. / google earth
Graveras en un meandro del Tajo cerca de La Puebla de Montalbán. / google earth - Foto: Google Earth

El avión zapador hacía tradicionalmente sus nidos en los taludes de ríos. Como muchos cauces ya están canalizados o modificados artificialmente, han visto su 'salvación' en los taludes de los huecos que dejan estas graveras.