Cuenca, en la nueva milla de oro del enoturismo en España

Redacción
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Las Rutas del Vino de Castilla-La Mancha se convierten en visita obligatoria para todos aquellos que quieren disfrutar de manera intensa de lo que rodea al mundo del vino

Alarcón, declarado Conjunto Histórico-Artístico, forma parte de La Manchuela conquense - Foto: © Turismo de Castilla La Mancha | David Blázquez

El enoturismo no solo es catar vino, es mucho más. Significa paisajes, historia, cultura, tradición, pasión, gastronomía, hospitalidad y muchas cosas más… Un tipo de turismo en auge en el que se pueden combinar varias actividades en un mismo día o en un fin de semana. El vino forma parte del ADN de Castilla-La Mancha, una región que cuenta con una larga trayectoria vitivinícola y que se constituye como la comunidad autónoma que más vino produce de España, con más de 22 millones de hectolitros producidos en la campaña de vendimia 2021. Una cifra que es posible gracias a los más de 85.000 viticultores y 600 bodegas y cooperativas que existen a lo largo y ancho de la geografía castellano-manchega. Los viñedos que dibujan sus paisajes ocupan miles de hectáreas que convierten a Castilla-La Mancha en la nueva milla de oro del enoturismo de España.

Las rutas del vino de La Mancha, La Manchuela, Valdepeñas, Jumilla y Méntrida-Toledo son cinco visitas obligatorias para disfrutar de manera intensa de todo aquello que rodea al mundo del vino, a la vez que nos adentramos en la tierra que inspiró a Miguel de Cervantes para escribir 'El Quijote'.

En los últimos años, multitud de bodegas y cooperativas se han volcado con el enoturismo y ofrecen propuestas de enorme interés que merece la pena descubrir a través de los cinco sentidos. Y es que, aunque no sepas nada de vino o no te guste beberlo, el enoturismo es un tipo de turismo para disfrutar. No solo son actividades atractivas para los que quieran degustar exquisitos caldos o saber más sobre su proceso de elaboración, sino dirigidas a personas que buscan experiencias en lugares tranquilos y poco masificados.

Museo del vino de ValdepeñasMuseo del vino de Valdepeñas - Foto: © Turismo de Castilla La Mancha | David Blázquez

Nuestra provincia, Cuenca, no queda al margen de esta 'milla de oro' del enoturismo. Así, en la confluencia de los ríos Júcar y Cabriel se extiende la zona conocida como La Manchuela, que recorre territorio conquense y también albaceteño. Recorriendo de norte a sur esta zona encontraremos Alarcón, Villanueva de la Jara, Iniesta y El Herrumblar. Continuando hacia el sur, adentrándonos en la comarca albaceteña, descubriremos Villamalea, Villatoya, Cenizate, Navas de Jorquera, Casas Ibáñez, Alborea, Fuentealbilla, Balsa de Ves, Casas de Ves, Mahora, Villa de Ves, Alcalá del Júcar, Motilleja, Jorquera, La Recueja, Valdeganga, Carcelén, Alatoz y Pozo Lorente. Sus vinos, amparados bajo la D.O. Manchuela, cuentan con un carácter frutal, un notable aroma y excelente acidez. Abundan los vinos tintos que pueden ser, tanto jóvenes, como de crianza. Los vinos blancos también tienen su protagonismo en esta zona, de color amarillo pálido y de sabor exquisito. Para empaparte de esta cultura vitivinícola es necesario visitar bodegas y viñedos del territorio, donde podremos conocer el proceso de elaboración del vino. Una ruta en la que podrás disfrutar de pequeñas localidades cargadas de magia en las que disfrutar de sus calles y callejuelas, como es Alarcón, en la provincia de Cuenca, o Alcalá del Júcar, en la de Albacete. Dos localidades declaradas Conjunto Histórico-Artístico que no dejarán indiferente a nadie.

Pero esta nueva 'milla de oro' del enoturismo tiene mucho más para disfrutar a lo largo y ancho del territorio castellano-manchego:

Descubriendo la Llanura manchega

El Museo de la Tinajería de Villarrobledo (Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera de Villarrobledo) es un espacio histórico, museístico y didáctico dedicado a la historia de la alfarería tinajeraEl Museo de la Tinajería de Villarrobledo (Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera de Villarrobledo) es un espacio histórico, museístico y didáctico dedicado a la historia de la alfarería tinajera - Foto: © Turismo de Castilla La Mancha | David Blázquez

Nueve municipios del corazón de La Mancha, pertenecientes a las provincias de Ciudad Real, Toledo y Albacete y 'abrazadas' por la D.O. La Mancha conforman esta ruta: Villarrobledo, Socuéllamos, Alcázar de San Juan, Tomelloso, El Toboso, Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, La Solana y Pedro Muñoz. Se trata de un recorrido de impresionantes colores, horizontes sin límites y paisajes que harán de tu tour enoturístico un viaje único que nos adentrará por los lugares más quijotescos de la geografía manchega. Descubrir las bodegas de esta ruta es ahondar en su historia, es empaparse del paisaje manchego y de los sabores del fruto que da esta tierra, donde suelo y condiciones climatológicas confluyen para engendrar una amplia variedad de vinos. La oferta vinícola de la ruta es amplia y variada: catas de todo tipo, concursos, visitas a bodegas y a los viñedos, rutas a pie, en bici, fiestas, ferias, festivales… Una ruta increíble en la que podrás sentirte un auténtico 'Quijote', conociendo los 'gigantes' de Campo de Criptana o de Alcázar, pasear por la localidad de Dulcinea del Toboso o visitar la Casa de Medrano, en Argamasilla de Alba, en la que Cervantes fraguó su obra más universal.

Saborea Valdepeñas

Las palabras 'Valdepeñas' y 'vino' están íntimamente ligadas: Bodegas, grandes y pequeñas, conjugan tradición y modernidad en vinos con carácter y personalidad, mientras que bares y restaurantes miman el producto de la tierra con una gastronomía exquisita e innovadora a la par que tradicional. Valdepeñas, Moral de Calatrava, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela y Torrenueva son los cinco municipios que forman esta peculiar ruta en la que podremos disfrutar de municipios limítrofes con Sierra Morena y conocer de cerca la historia del vino y la enología en el Museo del Vino de Valdepeñas. Una comarca en la que los ritos sociales en torno al vino cobran especial importancia, como es la Fiesta de la Vendimia y del Vino de Valdepeñas o las Fiestas del Vino de Moral de Calatrava.

Enamorarte de Jumilla

A medio camino entre Albacete y Murcia, la Ruta del Vino de Jumilla es una excelente oportunidad para sumergirse en la cultura, tradición y costumbres de un territorio vitivinícola formado por la propia Jumilla y las localidades albaceteñas de Hellín, Ontur, Fuente Álamo, Montealegre del Castillo y Tobarra. Los vinos de Jumilla se elaboran con uva monastrell, una variedad de la que se obtienen vinos potentes y expresivos, con unos colores violáceos y una redondez muy difícil de superar. Sin duda, una apuesta segura para maridar con su auténtica gastronomía. Un territorio en el que además de degustar sus ricos vinos, el visitante podrá disfrutar de paisajes y parajes únicos, así como disfrutar de un rico patrimonio histórico y arqueológico de millones de años.

Disfrutar de Méntrida-Toledo

El vino de la D.O. Méntrida será el protagonista de un viaje que realizaremos por Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela. Once localidades, a los pies de la majestuosa Sierra de Gredos y atravesada por el río Alberche. La zona destaca también por la gastronomía tradicional manchega y por su artesanía popular, como la de Fuensalida, donde todavía queda una industria que confecciona el calzado a mano. Durante esta ruta, además de las bodegas de la zona, tampoco se pueden dejar de visitar las plazas con encanto de Almorox, Escalona o Fuensalida.