Cuenca ganó por «llegar a las emociones» y por su «alegría»

Leo Cortijo
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Si la cocina conquense ocupará todos los focos en 2023 como capital gastronómica es por su «implicación», algo que debe marcar un «punto de inflexión» para que ese «tirón» se mantenga más allá del año que viene.

Los principales ‘actores’ en los fogones, miembros de la hostelería y el turismo local, así como una notable representación de políticos de las diferentes administraciones celebraron esta «oportunidad» para Cuenca.

Después de intentarlo en 2017 y 2018, a la tercera fue la vencida, pero éste no fue el elemento diferenciador que terminó por inclinar la balanza a favor de Cuenca. «No ha tenido ningún peso», según los organizadores. Si la cocina conquense ocupará todos los focos el año que viene como Capital Española de la Gastronomía es porque su propuesta «llega a las emociones» y «está llena de alegría». De esta forma justificó Mariano Palacín, presidente de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo y también máximo responsable de Capital Española de la Gastronomía (CEG), el fallo en pro de Cuenca y no de Pontevedra u Oviedo. Una idea «clave» que esgrimió un miembro del jurado y que concentra el quid de la cuestión.

Éste también fue el parecer de Pedro Palacios, director general de CEG y alma máter del proyecto junto a Palacín. No solo felicitó a Cuenca y alabó su propuesta, especialmente por la «implicación» demostrada durante todos estos meses previos de trabajo, palpable sin ir más lejos «en la imagen corporativa o el plan de comunicación» presentado dentro de un completo y cuidado dossier. Entusiasmado, se prestó como un «aliado» para desarrollar la imagen de la ciudad como puntal de la gastronomía en 2023: «Venimos con ganas de trabajar».

Unas declaraciones que pusieron a Cuenca por las nubes y que se produjeron dentro del acto de proclamación oficial como Capital Española de la Gastronomía, celebrado este jueves en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Los principales 'actores' en los fogones, los chefs conquenses, miembros de la hostelería y el turismo local y provincial, así como una notable representación de políticos de las diferentes administraciones no quisieron perderse la cita y celebrar esta «gran oportunidad» para Cuenca.

Un «referente». A partir del 2 de enero del próximo año, Cuenca tomará el relevo de Sanlúcar de Barrameda para empezar a desarrollar un arduo trabajo que debe posicionar a la ciudad como un «referente nacional e internacional». Y es que el objetivo, según el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, pasa porque el «tirón» de la Capitalidad se mantenga durante los siguientes años. «2023 tiene que ser un punto de inflexión y ahora que ya somos referentes en turismo de naturaleza, de patrimonio y de cultura, conseguimos serlo también de gastronomía», recalcó. Un «magnífico ejemplo» –en palabras del número dos del Gobierno regional– «de que cuando se trabaja con asociaciones, instituciones y con la ciudadanía de la mano, se consiguen los buenos resultados».

En esta misma línea, Darío Dolz argumentó que «ahora la gastronomía se encuentra en el camino adecuado para que se eleve un escalón mucho mayor», y es que además de agradecer a todos los que han sumado su granito de arena a esta causa, también les pidió «aprovechar al máximo» el nombramiento. El alcalde, que se mostró convencido de que la Capitalidad será «un motor de desarrollo de empleo y oportunidades», espera que también sea un «acicate para aspirar a la excelencia». Cada establecimiento y cada hostelero en su media, pues esta designación debe ayudar a los grandes cocineros «que aspiran a conseguir la estrella Michelin», pero también «a los más modestos, a donde nos gusta ir a tapear». Dolz reivindicó que la propuesta de Cuenca es «popular», y que a partir de ahí «todo el mundo tiene que disfrutar de la gastronomía y de la ciudad, para que las calles se llenen de actividad para celebrar este galardón que hemos ganado entre todos».

Por su parte, el concejal de Turismo, Miguel Ángel Valero, reiteró los agradecimientos del regidor y aseguró que el trabajo realizado «por todos», desde las instituciones hasta las asociaciones, «ha sido abrumador». «Cuenca empezó esta andadura que parecía una locura, porque ya habíamos sido descartados en dos ocasiones, pero esta vez entre todos comenzaron a ilusionarse y se empezó a trabajar de manera saliente y con ilusión», afirmó.

Trabajo y más trabajo. El presidente de la Agrupación de Hostelería y Turismo, José Manuel Abascal, aseguró que los dos años en los que Cuenca lo intentó sin lograrlo «nos han servido para mejorar» y que hay que ponerse a trabajar desde ya mismo para «refrendar» el por qué «se nos ha otorgado este título», que servirá de «revulsivo».