El presidente, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Pablo Casado, mantienen hoy su primera reunión de este año con muchas cuestiones sobre la mesa, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la economía, pero el tema estrella que capitalizará todo será Cataluña.

La última vez que se reunieron, el pasado 16 de diciembre, el madrileño aún no era presidente y convocó a Casado en el Congreso para intentar conseguir su apoyo para lograr la investidura. El resultado fue la imagen de un desencuentro que duró algo más de media hora y del que salieron más distanciados que nunca.

En esta ocasión, Sánchez hace una «invitación al diálogo, al encuentro y a construir juntos» sin pensar en el corto plazo sino en los retos que le esperan a la legislatura que acaba de empezar, según fuentes del Gobierno.

La Moncloa insiste en que la cita responde a la «mano tendida» que el progresista mostró el pasado miércoles a Casado en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso y que reiteró el pasado sábado en su intervención ante el Comité Federal del PSOE, porque «no sobra nadie, tampoco la oposición».

El presidente no acude al encuentro con una cartera de temas cerrada, aunque sí espera hablar de cuestiones sobre las que ya pidió el pasado miércoles al palentino un diálogo: el Pacto de Toledo, la financiación autonómica o la renovación de los órganos constitucionales.

Así, urgen renovaciones que debe resolver el Congreso como la de los vocales de la Junta Electoral Central (JEC), que se cambia con cada legislatura, concretamente en los 90 días posteriores a la constitución de las Cortes que, en este caso, tuvo lugar el pasado 3 de diciembre. Otras tareas pendientes son las de la configuración del Consejo de Administración de RTVE. Tampoco hay que olvidar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria...

Y busca, aseguran en La Moncloa, que el bloque popular se preste a hablar con el Ejecutivo de las «transformaciones de fondo» que se tienen que abordar. «Diálogo social y territorial», resumió el pasado sábado el propio Sánchez. 

Casado, por su parte, ha reiterado en numerosas ocasiones que esperaba la llamada de su adversario para abordar estas y otras cuestiones importantes para el país, pero ni tras las elecciones generales del 10-N ni después de la investidura se produjo esta comunicación.

Mientras tanto, las diferencias entre ambos se han ido agrandando y es difícil encontrar un punto en común para abordar la renovación pendiente del CGPJ y otros órganos constitucionales como el Defensor del Pueblo, o ante la inminente constitución de la mesa de diálogo del Gobierno central con la Generalitat, prevista para este mismo mes.

Degradación institucional  

De hecho, el conservador trasladará al socialista su preocupación por «la degradación institucional» del Gobierno de coalición y abordará la cuestión de Cataluña, sobre la que el PP ha abierto un frente judicial al denunciar al presidente catalán, Quim Torra, por usurpación, una querella a la que la Fiscalía ya se ha opuesto.

Sin fecha aún para el primer encuentro de la mesa sobre Cataluña, pactada por los socialistas con ERC en el acuerdo de investidura, es muy probable que este sea uno de los asuntos principales del encuentro y uno de los que generará más diferencias.

El líder del PP ya ha marcado en varias ocasiones los límites al Gobierno para esta negociación y ha llegado a amenazar con una denuncia por prevaricación al propio Sánchez si no actúa contra Torra.

Pero Casado insistirá también en abordar «la preocupación de los españoles por la actual situación de frenazo económico y deterioro del empleo que se vive en España».

Lo confirmó ayer el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, quien señaló que el castellano y leonés presentará al madrileño su agenda para «buscar soluciones a los problemas reales de los españoles». «El problema del presidente  es que lo basa todo en la mentira y ya nadie cree su palabra».

Desde Ciudadanos, su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, cargó contra Sánchez y Casado por haberse citado en La Moncloa para «repartirse» la composición del CGPJ, al que «se unirán jueces afines a ERC y Podemos».