La ciudad se abre poco a poco a la llegada de los turistas

I.M.
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Las previsiones vaticinan un verano bueno pero en un ejercicio «incierto»

Una pareja de turistas observan un mapa antes de seguir su recorrido. - Foto: Reyes Martínez

Desde el pasado día 9 no sólo en este país no existe el estado de alarma y sino que, además, comunidades como Castilla-La Mancha procedieron, después de meses de perímetro, a levantar su cierre perimetral. Esto trajo consigo ese domingo la llegada de más turistas sobre lo que pasaba tiempo atrás pero, comenta el guía turístico, Cristian Herraiz López, no «fue ni muchísimo menos el hervidero de gente que se esperaba simplemente porque llovió y bajaron las temperaturas y era, además, domingo lo que frenó a más de uno a venir».

Otra cosa muy distinta ha sido este pasado fin de semana con unas temperaturas de lo más agradables para la práctica de cualquier actividad al aire libre hasta el punto de que, explica este guía, «sólo en un momento de la mañana del pasado jueves me junté con cuatro llamadas en mi teléfono. Francamente han sido unos días buenos».

«Lo que hace que funcione Cuenca ciudad y provincia son el turismo y la hostelería. No obstante, no creo que los que nos dedicamos a este sector empecemos a ver la luz al final del túnel hasta la Semana Santa del año que viene. Todavía hay mucho miedo, no todo el mundo está vacunado y las agencias de viajes están tanteando. En definitiva, si en el 2020 pude llegar a perder hasta el 90% de mis ingresos económicos sobre el 2019, el 2021, aunque va a ser mejor, va a ser un año incierto», dice.

Las mayoría de los visitantes que recibió la ciudad entre el viernes y el domingo optaron por pasear, sea de día o de noche, por el Casco Antiguo y entrar en la Catedral, o por visitar, ya en la provincia, la Ciudad Encantada, el nacimiento del río Cuervo o del Júcar, Uclés, Belmonte o Segóbriga.

Acompañados, más de uno, con guías como Herraiz López, llegaron procedentes de todo el país, sobre todo, de Madrid y de Valencia; algo que matiza este guía, «no lo veíamos desde hace tiempo con visitas, por lo general, de un día y por parte sólo de manchegos, lo contrario era muy raro. Hubo una excepción, el verano, al permitirnos grupos mayores».

«Aunque con seguridad no podemos saber lo que nos va a deparar el futuro más inmediato, personalmente creo que hay que ser optimistas, hay que ser positivos y ver los cambios que poco a poco se están produciendo. Se presenta un buen verano», concluyó diciendo.