Cambio de ciclo

SPC-Agencias
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El PSOE-A pasa página tras casi ocho años bajo la batuta de Susana Díaz con su apuesta por Juan Espadas, el 'elegido sanchista' para intentar recuperar la Presidencia de la Junta

Cambio de ciclo - Foto: Raúl Caro

Los militantes del PSOE andaluz pasaron página hace una semana, optando por un cambio de ciclo en esta federación que rompe con los casi ocho años de liderato de Susana Díaz. Y lo hicieron dando su apoyo claro al candidato sanchista, Juan Espadas, evitando así una segunda vuelta en las primarias al apostar por su discurso de unidad, que deja atrás la etapa de rivalidad entre la expresidenta de la Junta y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Así, el gran reto de Espadas ahora será recuperar el Gobierno autonómico, empeño que tendrá que cohabitar con el hecho de que su derrotada rival seguirá «transitoriamente» al frente del partido, ya que el congreso regional para elegir al secretario general no se celebrará hasta finales de año.

Para muchos, esta bicefalia podría complicar la situación, aunque Díaz ha dejado claro que ayudará en lo que necesite al alcalde de Sevilla. Un tono conciliador para quienes duden de sus planes, pero también una recomendación: «todos aportamos, si nos unimos saldremos más fuertes». Con sus palabras, se alejaba la posibilidad -barajada por los sanchistas- de que el PSOE-A fuera dirigido por una gestora hasta el cónclave regional.

En cualquier caso, el ya candidato socialista a la Presidencia de la Junta deberá que afrontar otro tipo de complicaciones, como el hecho de no contar con un escaño en el Parlamento de Andalucía. A ello se suma que Espadas tendrá que compatibilizar su nueva tarea con la Alcaldía sevillana, que asegura no abandonará hasta que se convoquen las elecciones autonómicas, las cuales no se celebrarán hasta noviembre de 2022 si el presidente de la Junta, Juanma Moreno, cumple su compromiso.

Lo cierto es que Espadas, que se ha apoyado mucho en los alcaldes, tiene un enorme reto por delante: conseguir la unidad en un partido fracturado y que orgánicamente no controla todavía. Incluso entre la militancia socialista ven difícil que el grupo pueda remontar en tan poco tiempo en Andalucía, las encuestas no le son favorables, y calculan que como mínimo habrá que esperar otra legislatura.

Sin embargo, la dirección federal del PSOE tiene prisa, Andalucía es decisiva para relanzar el partido y ganar unos comicios generales, de ahí que se decidiera adelantar estas primarias, aunque tampoco esté garantizada la remontada.

En clave interna, la victoria de Espadas sí es un alivio para la dirección federal, ya que con Díaz al frente del PSOE-A no tenía bajo control la federación y el 40 congreso, que se pretende sea el de la unidad, está a la vuelta de la esquina.

Hubiera sido además un nuevo fracaso, tras la estrepitosa derrota socialista en la Comunidad de Madrid, que el candidato apoyado por Ferraz no hubiera vencido. Por si acaso, ni Sánchez ni sus ministros ni nadie de la dirección se dejaron ver mucho durante la campaña de las primarias. A partir de ahora, será otra cosa si quieren que el cambio de ciclo sea real para volver a ganar las elecciones.

Sin tiempo que perder  

Reconstituir el partido mediante un modelo más participativo, tejer alianzas con la izquierda social e impulsar nuevas fórmulas de relación con la izquierda política son algunos de los desafíos que se ha marcado el «nuevo» PSOE-A.

La federación socialista andaluza emprende ahora una nueva etapa con el objetivo de recuperar la Presidencia de la Junta y no tiene tiempo que perder. Desde la candidatura de Espadas siguen sin descartar la posibilidad de que el presidente del Ejecutivo andaluz, Juanma Moreno, adelante las elecciones autonómicas por mucho que desde San Telmo se repita que agotarán la legislatura.

Porque no hacerlo implica «riesgos» para el PP, cuanto más tiempo pase, más se «consolidará» Espadas como candidato, razonan, aunque la convocatoria electoral es una potestad exclusiva del presidente al margen de los intereses de su partido nacional.

«Pueden tener la tentación de adelantar aprovechando que todavía estamos desorganizados; no podemos pensar en un proyecto para dentro de cinco años, tenemos que afrontar el primer envite, prepararnos para las próximas citas con las urnas incluso pensando que pueden ser en otoño», se comenta en el círculo de Espadas.

Consciente de que el PSOE, en este momento, solo podrá «recuperar» la Junta mediante una alianza con la izquierda, uno de los objetivos es promover «nuevas fórmulas» de relación con Unidas Podemos en Andalucía e incluso con el partido Anticapitalista de Teresa Rodríguez. Y ello, no solo porque esa es la línea seguida en el PSOE federal, sino también porque en el nuevo mapa electoral «no va a quedar ninguna raya naranja», señalan en alusión al declive de Cs.

El PSOE de Díaz descuidó su flanco izquierdo, las relaciones con Adelante Andalucía han sido prácticamente inexistentes, no ha habido una buena comunicación, aunque en los últimos meses -tras la escisión de la confluencia-, se han tendido algunos puentes. Así, la tarea más inmediata es reorganizar el grupo parlamentario socialista, y todo apunta a que será la diputada jiennense Ángeles Ferriz, una de las que más se ha implicado en la candidatura de Espadas, quien podría sustituir a la exmandataria regional en su presidencia.

Algunos piensan que será la propia Díaz la que finalmente renuncie en los próximos días a seguir al frente del grupo e, incluso, que dejará la Secretaría General del PSOE-A antes del congreso. Si no lo hace, se daría la circunstancia, si se cumple el protocolo, de que la nueva o el nuevo portavoz la tendría sentada a su lado en el escaño mientras siga siendo la dirigente del partido hasta el cónclave.

Proyectar el cambio con ese escenario sería imposible, como también improbable que la histórica dirigente socialista pretenda seguir «dando la batalla». Ante la duda, sigue sin descartarse la posibilidad de crear una gestora que dirija el partido hasta la celebración del congreso, aunque algunos no son partidarios porque Díaz se «reafirmaría» en la idea de que es una «víctima» del aparato de Ferraz.

Lo cierto es que nadie baraja que se le vaya a ofrecer algún puesto desde Madrid o un cargo institucional después de haber rechazado reiteradamente todas las salidas que le plantearon para que diera un paso a un lado, de modo que una de las posibilidades es que se incorpore como miembro nato al Consejo Consultivo de Andalucía en su calidad de expresidenta del Gobierno de la comunidad.

«Ella se ha inmolado, ha tenido muchas oportunidades y las ha despreciado», apuntan, a la vez que consideran que será ella misma la que reflexione «cuando vea que ya nadie le va a seguir en su juego».